Revista

1 octubre, 2010

En la antigüedad los sueños eran entendidos como revelaciones divinas capaces de revelar el porvenir del sujeto que soñaba. En tiempos de Aristóteles, pasaron a ser considerados una actividad del alma y no de los dioses. Con el tiempo se creyó que podían ser interpretados y transformados en un lenguaje entendible.

¿Cuál es la función de los sueños? Una de las grandes incógnitas que la ciencia se pregunta y que desveló a Freud, quien aseguraba que los sueños expresaban nuestros deseos reprimidos.

Nuestra vida cotidiana es un semillero de sueños. Las experiencias que tenemos y los escenarios que observamos a lo largo del día suelen ser el origen de los imágenes oníricas que generamos al dormir.

Existen muchos tipos de soñadores: quienes olvidan absolutamente todo al despertar, los que recuerdan partes del sueño algunos días en particular, o los que son incluso capaces de tomar conciencia mientras duermen de que están soñando.

Personajes como Stéphane Miroux, de La Ciencia de los Sueños y Cobb de Inception nos han develado que los sueños son algo más que tiempo de descanso. Maestros del sueño lúcido, que consiste en adquirir consciencia de que se está soñando. Aunque parece sencillo, si algo tienen los sueños es que son extremadamente convincentes.

La principal ventaja de adquirir consciencia dentro de un sueño es la de poder modificar su curso. Con un poco de práctica se puede recrear situaciones reales del pasado o realizar acciones sólo posibles en sueños.

Fotografías: Dondyk+Riga
Producción: Tendencia Maracaibo
Modelo: Raquel Arteaga
Estilismo: Manuel Calicchio
Vestuario: La Senza
Accesorios: Nanis y Roberto Coin de la Joyería Mara
Mobiliario: Mega Hogar