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https://www.tendencia.com/2020/the-social-dilemma-expone-la-verdad-las-redes-sociales/
¿Vivimos en una burbuja donde el engaño es el centro de todo lo que hacemos? Con esta premisa Netflix muestra al público una verdad que las personas ignoraban sobre el uso del internet. ‘The Social Dilemma’ es el nuevo documental que da a conocer los problemas creados por los gigantes de la tecnología como Twitter, Facebook y Google.
La producción advierte que tal vez después de verlo las personas querrán cerrar tus redes sociales. El audiovisual es dirigido por Jeff Orlowski y cuestiona la relación entre la salud mental y la adicción que nos generan los dispositivos tecnológicos, sin escatimar la edad ni el área de residencia.
El documental plantea como el internet al solicitar información personal de los usuarios, utiliza esos datos para venderle a esos mismos usuarios la idea de cómo piensan, hacen, son y en quienes se están convirtiendo. Esta manipulación sutil es titulada como ‘el capitalismo de vigilancia’, el cual ha cambiado la manera en la que creemos pensar.
El filme reúne entrevistas con personajes reconocidos del mundo de las corporaciones virtuales como el ex diseñador de ética de Google Tristan Harris, quien explica su frustración con la industria por desviarse del camino y no compartir sus planes con el mundo.
Harris expone en el documental un tema que a más de uno lo hará reflexionar. “¿Cuánto de lo que piensas realmente así lo deseas, y no eres manipulado por lo que ves enfrente de la pantalla de tu computador? Debemos preguntarnos: ¿es normal o todos estamos bajo algún hechizo? Nunca antes 50 diseñadores, de entre 20 a 35 años de California, habían tomado decisiones que afectarán a 2 mil millones de personas que piensan cosas que nunca quisieron pensar” declaró.
La producción explica cómo ninguna red social o plataforma se escapa del escrutinio. Desde plataformas dedicadas netamente al entretenimiento, como TikTok, pasando por los sitios web que buscan crear la desinformación en los usuarios y crear necesidades, hasta las redes sociales que monitorean los deseos y neurosis o crean, como Snapchat, trastornos dismórficos por hacer que sus usuarios quieran parecerse a sus fotografías sin filtro. Todo esto en muchas ocasiones, sin supervisión humana.