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La versatilidad es una de las grandes virtudes que puede tener un artista, y más si su ascendencia proviene de una gloriosa historia de campeones. Tal es el caso de Roberto “Robin” Durán Iglesias, un multifacético personaje que se complementa tomando lo mejor de cada rol que cumple en el mundo del entretenimiento.
Actor emergente en el cine, nacido en el teatro; presentador del morning show televisivo Tu mañana, transmitido a diario y en vivo por Telemetro Panamá; modelo imagen de Oscar de La Renta y hasta empresario. Una tormenta de creatividad que envuelve su día a día en el agitado mundo del espectáculo centroamericano.
Compartimos una tarde con Robin, un fiel aficionado de los automóviles y de los superhéroes que no tiene complejos con respecto a la fama. Desde las instalaciones del Gran Hotel Panamá, se soltó y nos confesó si es un peso para él ser el hijo de la leyenda del boxeo, Roberto “Mano ‘e Piedra” Durán.
Tomando en cuenta tu relación con la farándula a raíz del linaje Durán, ¿Consideras que eres una de esas personalidades que nacen para ser artista?
No lo pensaba, simplemente se dio a lo largo de la vida. Creo que eso se hereda un poco, porque desde que estaba pequeño, a mi papá siempre le gustó que yo estuviera en el mundo de la televisión. De hecho, mi primera vez en TV fue en el programa Sábado Gigante, hace poco más de 20 años. Estuve como un año y medio en el programa. Luego pasé al noticiero, con los niños de Sábado Gigante, junto con Pamela Silva, que hoy es la presentadora de Primer Impacto en Estados Unidos. En ese momento, no pensaba en la televisión ni en nada de eso, quería estar en casa jugando maquinitas o con mis primos en la piscina.
¿Cómo surgió tu interés por la actuación?
Más tarde volví a Panamá y decidí entonces que quería estar en la TV, pero siempre me llamó más la atención la actuación, así que tomé cursos y empecé por el teatro, en donde hice más de 15 obras. Me gustaba mucho, pero me quitaba mucho tiempo. El cineasta Jonathan Jakubowicz me dio la oportunidad de hacer un papel en Hands of Stone, la película de mi papá. Luego tuve la oportunidad de protagonizar la película Kimura. Desde ahí, no he parado.
¿Cómo has manejado el asunto de ser el hijo de un hombre tan mediático como Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán? ¿Te has sentido presionado en cuanto a superarlo como figura pública?
La verdad no lo veo como un peso, sino como una bendición. que bueno es tener un apellido como el de Durán. No te voy a negar que en momentos te comparan mucho y no todo el mundo simpatiza con mi papá, yo he tenido novias que me dicen ‘mis papás no quieren que esté contigo por tu papá’ pero por otra parte hay mucha gente que lo quiere. Mucha gente te compara, por eso yo decidí seguir mi propio camino, a veces un apellido puede abrirte muchas puertas, es verdad, pero depende de ti mantenerlas abiertas y que otras fluyan. Por ejemplo, si yo voy a una audición, no me van a dar un papel solamente por ser un Durán, tengo que demostrar que lo puedo hacer. Pero imagínate que el mejor boxeador de Latinoamérica sea tu papá, no me importa que me comparen. Respecto a que si alguna vez he querido ser más famoso que mi papá, eso es completamente absurdo, mi papá es mi papá. Que yo me quiera poner a medir popularidad es algo ilógico, yo lo respeto y lo admiro mucho. Qué bien es llegar a un lugar y que te reconozcan, que te pidan una foto y que te digan Robin el presentador, Robin el actor, y no solamente Robin el hijo de Durán.
Volviendo al cine, ¿cuál de los personajes que has interpretado en tu carrera actoral te ha demandado más atención y profundidad?
A nivel físico, Kimura fue bastante difícil, porque yo crecí haciendo boxeo, pero en esta película tenía que ser un luchador de MMA (artes marciales mixtas). Tuve que practicar jiu jitsu, muai thai. Salía de mis programas de las mañanas, corriendo con mi maletín de entrenamiento al gimnasio, a meterme unas dos horas de jiu jitsu, luego bañarme, correr a mis entrevistas y otros compromisos. En Más que hermanos fue todo más emotivo, porque tenía una conexión emocional.
Actor, empresario, modelo, presentador de TV, imagen de la marca Oscar de La Renta, ¿En qué faceta te sientes más cómodo y en cuál te visualizas en un futuro cercano?
Me has puesto como los boxeadores, cuando estás contra las cuerdas y tienes que ver cómo te sales (ríe). Si te digo que una me gusta más que la otra, es mentira. Todo lo que hago a nivel profesional me gusta. En el caso de Oscar de La Renta, no solo estás representando una marca, sino todo un país y una cultura. Tu mañana me da el contacto con la gente, salgo a la calle y me dicen ‘hey Robin, cómo estás, te vi hoy hablando de esto’. Esa cercanía creo que solo te la da un programa de TV en vivo. Cuando estás actuando, estás tú contra la cámara, así que son experiencias diferentes. Todas se complementan, porque la televisión te mantiene vigente y expuesto, el cine es eventualmente, el teatro me gusta mucho. Pero si te soy sincero, al final del camino, no me veo en ninguna de ellas. Estoy por abrir un restaurante con mi familia, quiero volver a formar una familia, por allá se va Robin.
Tienes novia, pero todavía no para lo de “Robin Durán, el soltero más codiciado” de Panamá. ¿Te afecta de alguna manera eso?
La verdad es que me da risa que me digan soltero codiciado, porque yo me siento como un tipo normal, no me siento el Brad Pitt, de hecho hasta feo me veo. Soy un hombre trabajador, separado, tengo dos hijos, no soy la fama que me ponen de salir con todo el mundo. He salido con muchas niñas pero al final eso te deja vacío, cuando tienes a alguien con quien puedes compartir, a quien puedes llamar en la noche, que se queda contigo, que te escucha, que entiende tus problemas, vale mucho más que la vida de soltero. Es divertido al principio, pero al final del camino, esa persona que te quiere, que te entiende, que está contigo en las buenas y en las malas, llena mucho más. Mi relación con Mariceli González es increíble, la amo, me veo muy bien a futuro con ella.
Eres una figura pública, representas varias marcas. ¿Cómo ha modificado eso tu cotidianidad? ¿de qué manera sobrellevas todo ese compromiso física y mentalmente?
Es difícil, te digo porque yo soy hambriento, soy un exgordito, llegué a pesar 260 libras; no soy muy alto, mido 5’9 o 5’10. Es responsabilidad porque vivimos lastimosamente en mundo donde la imagen vale mucho, no creo que si estuviese así gordito me hubieran contratado para ser la imagen de Oscar De la Renta. La cámara es dura, yo subí un par e libras y de repente los periódicos dicen ‘ay, Robin Durán subió unos kilos de más’. Hay que saber sobrellevar las cosas. Yo no me saturo con muchas, tengo cuatro o cinco marcas con las que me quedo, no quiero ser una pagina amarilla teniendo anuncios.
Sé de tu afición por los superhérores. Si tuvieras que escoger un súper poder, ¿cuál sería?
Yo soy súper fanático de los superhéroes, entre mis hobbies, aparte de coleccionar carros, es coleccionar revistas de superhéroes. Tengo tres mil revistas que he comprado en Miami de X-Men, Wolverine, SpiderMan, toda la liga de Marvel. Creo que el poder que me gustaría tener… es que yo quería tener todos los poderes de X-Men… un día quería despertar con las garras de Wolverine, otro día quería tener los rayos de Ciclope, otro quería leer mentes como el profesor X o tener la telequinesis de Jean Gray. ¡Me la pusiste difícil! (ríe). Me gustaría tener la habilidad de sanar.