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La Fundación Nuevas Bandas se ha encargado, desde hace casi 30 años, de ser precursores de la industria musical alternativa venezolana. Y es que gracias a su labor, han nacido bandas como Caramelos de cianuro, Zapato 3, Desorden público, Sentimiento muerto y otras más recientes como La Vida Bohème, Viniloversus, Charliepapa…
En una conversación –llena de realidades– mantenida con Marco Santos (@djmarco77) y Manuel Ángel Redondo (@ManuelAngelR), hablamos de la forma en la que los objetivos cambian tan rápido como los tiempos que vivimos actualmente, por eso la Fundación se reinventa, al igual que el festival, al igual que han tenido que hacerlo las bandas. Al final, lo que verdaderamente importa es mantener la movida activa, seguir inspirando a los jóvenes a realizar música en el país, porque talento sobra.
¿Cómo se involucraron en el Festival?
Manuel: Desde niño he sido un fan de la escena y me acercaba a los conciertos. Por cuestiones del destino y amistades en común, conocí a uno de los miembros de la Fundación Nuevas Bandas y le insistí con bastante fuerza para ser asistente del productor del programa que tenía la fundación en La Mega, Fabricado acá, que se transmite los domingos de 9 a 11pm. Usualmente lo llevaba Félix Allueva, pero para ese momento estaban William Padrón y Max Manzano y a ambos les pedí ser su asistente de producción. Esto fue en el año 2009-2008. Y bueno, ese fue mi primer acercamiento con la fundación, así conocí a Félix y al resto del equipo. Me fueron dando cada vez más responsabilidades, sobre todo en el área de radio, porque pasé de estar en Fabricado acá a ser productor de Rock en Ñ, que es el programa de la fundación que se escucha de lunes a viernes. Luego fui locutor de ese programa y bueno, paralelamente trabaja con la fundación en la producción de los eventos, más que todo en el ámbito de los circuitos. Este es mi séptimo u octavo año yendo todos los años al Circuito Nuevas Bandas, que son estas especies de eliminatorias, una gira nacional en la que tratamos de conocer cuáles son las bandas que están sonando en cada zona y así llevarlas al festival.
Marco: Primero, me considero fanático. Los discos que sacaba la fundación los compraba todos, cada festival yo estaba allí. Gracias a William Padrón me tocó estar en la parte de prensa cuando ganó La Vida Bohème. Trabajé en la parte de protocolo y acreditando prensa en los accesos y lo disfruté mucho, porque me gusta todo sobre los conciertos en vivo. Antes teníamos un poquito más de cultura para realizar eventos de calle con artistas internacionales y creo que estoy llegando a la fundación en una etapa difícil (este es mi primer año como miembro de la fundación, empecé en este año en Rock en Ñ), en la que Venezuela necesita reconstruir y volver a hacer que la gente se enamore de esto que es la movida rockera local.
¿Cómo perciben lo que es el Festival Nuevas Bandas ahora, dentro de su experiencia?
Manuel: Creo que he tenido la oportunidad de ver momentos muy distintos que se relacionan con la situación del país. Cuando empecé a viajar con más frecuencia en los circuitos, en la que había más producción en los eventos, teníamos una escena en la que se inscribían casi 400 bandas cada año. Las bandas que concursaban ya sabían que debían tener un disco –y lo tenían–, ya estaban girando, sonando en La Mega. Ya estaba esa “movida” o dicho de una forma más formal, la industria musical, hecha. Este año se inscribieron menos de 150 bandas y bueno, las bandas que han ganado hasta el momento han sido súper emergentes. Tenemos ese cambio de perspectiva, de ser un festival realizado por ofrecer un buen espectáculo de talento, pero que ahora además está el sentimiento de realizar el evento con la intención de volver a ese momento que fue antes. De reconstruir las bases y los elementos que formaban esa movida que ahora está destruida. Entonces más allá del show y el reconocimiento de los nuevos talentos –que siempre ha sido la meta del festival– nos vemos como más obsesionados en el ámbito de volver a generar esos pilares que forman una industria musical, no solo las bandas, sino los locutores, el público, los periodistas, todos los elementos de la movida…
Es cierto, porque las bandas se ven huérfanas…
Marco: Claro, es como construir un edificio. Necesitas empezar desde la planta baja. Todos queremos una Torre Tendencia –risas–, pero esto empezó desde abajo. Así que queremos hacer unas bases sólidas. Yo mismo lo conversaba con unas amigas hace unos días, veo que las bandas que quedan, de alguna forma consolidadas, el fanático que va a verlas no se sabe más de dos o tres canciones. Porque hay bandas que no han podido grabar o tienen uno, cuatro sencillos… Pero estamos en una etapa en la que si tienen una canción, vamos a ver si haces otra, cómo se puede trabajar bien. La industria musical obviamente ha cambiado y hay que buscar cómo adaptarla, incluyendo las descargas digitales y la difusión por esa vía. Creo que todos tenemos que prepararnos, desde la base, para seguir creciendo juntos.
Hace cuánto el Festival Nuevas Bandas maneja dicha visión?
Manuel: Bueno, el objetivo de la fundación siempre ha sido ese. Hay un chiste/realidad que mencionó Félix Allueva en estos días, que estamos de vuelta a 1985, que fue cuando él comenzó a realizar eventos musicales de rock. No este festival, propiamente, pero sí a difundir la movida. ¿Por qué hace el paralelismo él? Pues porque era una escena de música alternativa que no estaba construida. No habían bandas importantes, ni público que asistiera a los locales. Él dice que con el tiempo, mucho sacrificio, lucha y bastante jipismo pudo ir poco a poco haciendo esa movida y presenciando cómo nacían bandas que movían bastante público: Sentimiento muerto, Zapato 3, Desorden público, Caramelos de cianuro… Y esas fueron las bandas que de alguna manera inspiraron y formaron las bases de lo que ha sido la movida, hasta que tuvimos esa etapa de oro, yo diría que entre 2007-2013, con bandas con muchísimo talento y muchísima proyección internacional. Y sobre todo una industria, que a pesar de las carencias que tiene el país se está moviendo y se está realizando. Obviamente, durante los últimos años ha habido un éxodo de talentos gigantesco, con una crisis insufrible, que quizás a nivel de industria musical –obviando todos los otros detalles de la situación país– nos llevan a otra vez estar en 1985 y vernos en la necesidad de reconstruir la escena para volver a tener bandas que inspiren a otras a seguir haciendo música. Y que todas crezcan y se hagan cada vez mejores.
Desde su punto de vista, ¿qué tan difícil es alcanzar, en la actualidad, esa proyección nacional que necesitan las bandas?
Manuel: Sí, parte del trabajo del Circuito Nuevas Bandas es activar cada región del país con algún local, algún productor… para realizar todos los eventos musicales. En Maracaibo fue con No Todos Van Al Cielo, que es el local que está apoyando la movida local, así estamos buscando cómo se puede mejorar, reconstruir, mejorar el formato y variarlo al momento de hacer música, cultura, la industria musical. Los ejemplos más básicos fueron los dos primeros circuitos de este año, que fueron Barquisimeto y Maracay, ciudades que desde hace tiempo no tienen un local que propiamente se preste para que se monten bandas, no hay bares de rock como tal, con una tarima o sonido. Pero, conseguimos locales muy pequeños en centros comerciales que, con toda la logística, se pudo armar una tarima en los pasillos de un centro comercial, haciendo el concierto. Con vallas y sábanas se tapó en algún punto para que la gente no pasara e interrumpiera. Al final fue muy fino ver como varios dueños de los locales, que era primera vez que hacían este tipo de actividades –convencidos por nosotros y las productoras locales de involucrarse en esto– estaban muy felices de ver sus locales llenos, pidiendo que se hiciera la final allí de lo emocionados que estaban. Y nosotros como que: “No, pana, esto es muy pequeño –risas–“.
Pero de eso se trataba, activamos un punto en esas dos ciudades que antes no estaba. La idea es que eso se repita en el futuro, quizás en el mismo lugar o quizás más lugares se unan. Todo para que se siga haciendo movida.
Marco: También tenemos un plus que es la generación de chamitos que están aquí y que hace poquito se dieron cuenta que Viniloversus pudo pegar sus canciones, que La Vida Bohème se encuentra de gira por el mundo, que Rawayana lo logró también, que Okills también está viviendo de hacer música allá afuera… Ellos piensan “¿por qué nosotros no? Entonces las bandas jóvenes se dieron cuenta que la movida venezolana de rock and roll serio, se ha ido del país lamentablemente, pero existe, así que por qué ellos no. entonces están tomando los instrumentos y están poniendo empeño en sus proyectos. Están grabando muy bien, están componiendo excelentemente y es elemental. Tenemos menos cantidad de demos y bandas, pero la calidad creo que es muy buena. Lo que llevamos de esta gira ha demostrado que todos están montados, trabajando seriamente.
¿Y en Maracaibo?
Manuel: Escuchamos muy buenas propuestas. Generalmente Maracaibo tiene muchísima cultura, en general, no solo musical, se empapan con muchísimas cosas. Para nosotros siempre es usual saber que aquí es cerrado y un poco complicado elegir a las bandas que quedan seleccionadas a los circuitos. Entonces creo que de las bandas que concursaron, a nivel de grabación, todas dan la talla. Lo que marca la diferencia es ver cómo se les da en escenario y con el público, hay ciertos detalles que tomamos en cuenta.
Pero estamos contentos de saber que hay una movida activa, gente que vendrá al show. Se presentó Technicolor, la banda que ganó el año anterior y de eso se trata, mover al ganador del festival, por más que sea una artista emergente, unir con bandas que muevan mucha gente acá y los concursantes.
¿Cómo es para ustedes el proceso de selección?
Manuel: Se registra una cantidad bastante grande de bandas en cusica.com, que es nuestro aliado desde hace un par de años y es una plataforma de venta de música venezolana en bolívares, con las dificultades del control de cambio en Venezuela, pues ellos permiten que puedas comprar en bolívares. Con ellos tenemos la plataforma de inscripción y al estar las bandas inscritas, todos los miembros de la fundación tenemos la obligación de escucharlas, todas, y hacemos una reunión en la que juntos vamos seleccionando las que vamos considerando que sean las más interesantes, aquellas que tienen una mejor propuesta, un mejor sonido, mejor grabación, proyección para penetrar el mercado musical venezolano e internacional. Y así se hace, básicamente. Luego de allí distribuimos por región estas bandas en cada circuito y allí elegimos a los que van al festival.
Lo primordial al momento de los circuitos es tomar en cuenta cómo se desenvuelve cada banda en el escenario…
Manuel: Claro. Y más allá de eso, cada vez que viajamos a un circuito tenemos un jurado local, además de los dos representantes de la Fundación Nuevas Bandas, que en este caso somos Marco y yo, pero siempre tenemos otros tres jurados locales. Somos cinco, normalmente, para que sea impar. La idea de tener un jurado local es sentir el approach de las personas que hacen vida en la ciudad donde estas bandas tocan, para saber si ellos conocen a los músicos, si de verdad son chamos interesados en la música como una profesión, que han tocado en varias bandas, colaborando con el resto, y están activos en la movida local. Saber si ese interés existe, si los han visto tocando, qué hacen con sus vidas… Ese approach local es importante para nosotros.
En Maracaibo está nuestro productor de este año, Carlos Luis (MedioSol), el Dj de Jahkogba, Dj Hooch, y un chamo de La Mega Maracaibo que se llama Jesús Millán. Entonces es como tener distintas versiones y puntos de vista. En Nuevas Bandas tratamos de tener a alguien que haga periodismo musical o que esté relacionado al mundo de los medios, generalmente de La Mega, porque es un aliado que siempre tenemos con las bandas en cada ciudad y bueno, un productor local, alguien que esté en el mundo de la producción y un músico respetado de la ciudad. Generalmente ese es el formato que tratamos de hacer. Dos de Nuevas Bandas, un periodista, un músico y un productor.
Buscamos mantener ese formato y este año se ha mantenido.
Ya han pasado por varios circuitos, ¿cómo perciben al público y la movida en general?
Marco: De verdad que hay interés, las tres fechas se han llenado. La plaza de Puerto príncipe, en Lechería, albergó unas 800 personas que se acercaron. Habían niños, incluso. Creo que hace falta y la ciudad está pidiendo un poquito menos de reggaeton y un poquito más de rock. Y el rockero está guardado, quizás no tiene ese extra o esa motivación de ir a ver las bandas locales y considero que eso está sucediendo, la gente se ha enterado que estamos de gira con la preselección del Nuevas Bandas y se está acercando. Están súper activos con lo que ha sido el circuito.
Manuel: Yo veo a las personas muy agradecidas, porque venimos de varios meses fastidiosos, tercos y difíciles y la gente agradece mucho la posibilidad de tener una distracción, un show de música. Sobre todo, con la manera en la que lo estamos enfocando, que no estamos haciendo un show para sanduguear o amanecer, sino que de verdad estamos tratando de reconstruir la escena musical alternativa, que es lo que a nosotros nos gusta hacer. Veo mucho agradecimiento por parte de las bandas, de que les den una tarima y el público de poder ver nueva música.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que han debido enfrentar en cuanto a la realización del festival?
Definitivamente conseguir pasajes, que no hay –risas–. Porque en verdad, solo es el traslado lo que ha hecho difícil nuestra labor.
Marco: A pesar de que mucha gente se está yendo del país, la mayoría, uno cree que los traslados internos deberían ser un poco más cómodos. Pero no.
Manuel: Increíble que en 2017 tu país no tenga vuelos hasta otra ciudad si no es con escala. Qué coño pasa que tu no puedas viajar de Maracaibo a Barquisimeto, sino que tengas que ir con escala a otra parte, qué clase de estupidez es esa. Pero a nivel de movida, público y bandas, no hemos tenido dificultades. Todo ha sido con la logística. Por ejemplo: Este año, de las bandas seleccionadas, hubo tres que quedaron y no pudieron participar porque las circunstancias en general no les permitieron y tuvimos que moverlos. Entonces más allá de la condición del país, no hemos tenido mayor problema.
En su experiencia, ¿qué consejos le dan a esas bandas locales que están surgiendo y buscan la proyección nacional?
Manuel: Bueno, que esto es un trabajo y que se lo tomen en serio. No quiere decir que abandonen todo lo demás en su vida, pero que si se ordenan pueden encontrar la manera de hacer esto, no un hobby, sino una disciplina de trabajo seria, si de verdad es a lo que se quieren dedicar en algún momento. ¿Qué quiere decir esto? Pues, ensayen infinito, tomen en cuenta todos los aspectos que involucran una banda: Hacer promoción, prensa, las redes sociales, tener una imagen, tener bien hechas las redes, tener fotos, tener los contactos en las redes para que la gente sepa quiénes son. Porque eso fue otra cosa, habían bandas inscritas que para conseguirlas fue un problemón, toda una odisea.
Marco: Estamos en una época en la que es demasiado fácil conseguir un perfil, entonces ¿cómo es posible que algunas no tengan redes? Las bandas se tienen que creer que ellos son unos rockstar y que su banda es un proyecto serio, por eso tienen que trabajar bien. Claro, sin mojonearse, cuando digo que deben creerse rockstars es en cuanto a la forma de trabajar.
Si tu quieres ser como The Strokes, ve a su página web, a sus perfiles y mira cómo montan sus fotos, inspírate en quiénes admiras y en base hasta dónde quieras ir. ¡Creételo! Al menos estéticamente y de manera de procesos, no que te creas Julián Casablancas –risas–.
Manuel: Pero eso es un tema que las bandas a veces no entienden, por lo menos los ensayos. Una banda profesional como, no sé, Caramelos de Cianuro, cuando no están de gira están ensayando unas cuatro o cinco veces a la semana. Y es normal, porque ese es su trabajo, deben mantenerse ensayando. Y haciéndolo en serio, no que se van a caer a curdas con los panas y a tocar las canciones a medias, no. Es tocar la misma canción cinco veces, hasta que suene perfecto, a repasar todas las semanas la misma vaina. Eso, además de practicar, genera la química de la banda. Que en el escenario ya estén tan engranados que todo sea darle play y listo.
Marco: Es algo que de pana le recomiendo a las bandas: Den show, entretengan, sean algo de lo que la gente salga hablando. No vale solo tocar, creo que eso es lo primordial que hay que sembrar en las bandas. Si das show, de repente no se acuerdan bien de la canción, pero te recuerdan lo que hizo el artista en determinado punto, lo que dijo, cómo tocó la guitarra… Hay muchos, muchos elementos que en tarima se pueden desatar y activar, a la larga es en lo que se fija el público. Así que tienen que empezar a marcar un show, para llamar la atención. Muchas bandas no se dan cuenta de eso y simplemente tocan, viéndose los deítos y, coño, entretengan, diviertan a la gente para que ellos vuelvan a los shows.
Se le debe dar al show la misma importancia que tiene el material…
Marco: Sin duda. Y creo que eso es un secreto, el cual uno se lo dice a las bandas pero no todas lo toman en serio y ni se sientan a ver qué pueden inventar. En cambio, hay otras bandas que al estar tarima dan show, a juro. Todo está en eso, enfocarse en dar un excelente show.