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Han pasado tres años desde que María Gabriela Isler o “Molly” -como algunos la llaman- se consagró como la Miss Universo con el reinado más largo de la historia del certamen. Desde entonces, no han cesado sus ganas de trabajar por causas sociales.
Esta joven de 28 años, nacida en Valencia, está residenciada desde hace tres años en Estados Unidos, sin embargo, la distancia no ha sido un impedimento para atender los compromisos que la mantienen atada a Venezuela. Hoy, asegura ser una mujer mucho más madura, determinada, coherente con las decisiones que toma y con más valor para asumir riesgos y decisiones.
Tu reinado fue el más largo de la historia del Miss Universo, entre tantas experiencias, ¿cuál es la que recuerdas con más cariño?
Nombrar solo una me queda difícil. Sin embargo, tener el honor de haber visitado el Vaticano y presenciado una audiencia papal, donde la temática estuvo enfocada en el rol de la mujer en la sociedad y en la iglesia, y recibir la bendición del Papa Francisco, fue mágico. Sostener en mis manos la bandera de Venezuela y pedir la bendición para mi país y recibirla, ha sido para mí lo más significativo que pude haber vivido durante mi reinado.
¿Y algún trago amargo que debiste vivir?
El mayor trago amargo fue tener el título de Miss Universo y enfrentar uno de los momentos más tensos para mi país, como lo fue el mes de febrero de 2014, sumado a la continua situación de crisis social, política y económica que ya venía enfrentando Venezuela. Dar la cara como ciudadana de mi país y poder enviar fuerza y esperanza en momentos tan tensos, honestamente fue difícil. Mi corazón, mi alma y mi cabeza, estaban con mi país, con mi gente, y con mi familia.
Muchos venezolanos que están dentro del país, miran con desdén a los que emigraron. ¿Cómo es para el que está en el extranjero observar todo lo que ocurre en el país?
Estar afuera de mi país, créanme, es la decisión más difícil que me ha tocado tomar en toda mi vida. Han pasado ya casi tres años desde que estoy residenciada en EE.UU. y mensualmente intento ir a Venezuela porque mi vida ha quedado dividida. Estar afuera implica vivir con esa realidad que bien conoces, con el amarillismo de las noticias, con el sentimiento de sentarte a comer y que quizá tu familia no tiene para comer igual, de saber a los míos enfermos y no tener las atenciones médicas o los fármacos necesarios para su cuidado. Es vivir en una constate incertidumbre, con la inseguridad de saber si esas personas que tanto amas llegaron con bien a sus casas al final del día. Es tener todo, y no tener nada, es vivir con el corazón arrugado y apretado, mientras intentas hacer vida en otro lugar.
Te has pronunciado públicamente sobre la situación actual del país y tu descontento. Como figura pública, ¿cómo sientes que deberías actuar al respecto?
Quisiera hacer más por Venezuela pero el cambio no lo construye una sola persona. Por ahora, estoy dando todo mi corazón y destinando esfuerzos para ser parte de la promoción de valores y educación en algunas escuelas, alcanzando a más de 3500 estudiantes y sus docentes. Pienso que el entendimiento, el respeto, la tolerancia y la reconciliación de nuestro país serán posibles únicamente a través del reforzamiento de los valores y la educación.
¿Por qué decidiste enfocarlo en la prevención del embarazo adolescente?
Venezuela lidera la lista de países con mayor número de embarazos no planificados en adolescentes y, al haber tenido la bendición de crecer en un hogar lleno de valores, decidí que esa era la realidad social con la que quería trabajar.
¿Cómo ha sido hasta ahora la recepción de la campaña #SiTeApurasQuéGanas?, ¿qué abarca actualmente?
#SiTeApurasQuéGanas es una campaña que surge después de mi reinado y como parte de mi año de trabajo con Cisneros Media. Es una iniciativa que cuenta con el aval del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Venezuela y que ha reportado buenos resultados. Tengo la responsabilidad de dirigirle un mensaje a los padres para que fortalezcan la comunicación con sus hijos, destacando el valor de la familia que es tan importante para mí. Así mismo, tenemos previsto unir esfuerzos –Cisneros Media y mi fundación- para ofrecer talleres de salud sexual y reproductiva en diferentes escuelas del país.
¿Qué otros temas humanitarios te gustaría trabajar?
El tema país es algo que definitivamente me quita el sueño y quiero emprender nuevos proyectos que generen un impacto positivo en los valores y en la forma en la que convivimos como sociedad. Estoy dedicada a ser parte de la solución.
Has desplazado tu apodo “Molly” por “Gabriela”, ¿estás en una etapa de renovación?
Sí, estoy en una etapa de renovación personal y profesional, y el primer paso era alinear mi identidad a nivel de redes sociales, ya que todas estaban diferentes y no se encontraban verificadas. La idea es crear confianza con las marcas, fundaciones y entidades con las cuales me relacione.
Aparte de tu labor social, este año fuiste seleccionada por la agencia L.A. Models y has tenido varias oportunidades como animadora, ¿hacia dónde quieres enfocar tu lado profesional?
Jamás pensé que podría desarrollar talentos o habilidades en el mundo artístico. Sin duda alguna, al salir de la escuela de Miss Venezuela, la formación que alcanzamos como un talento integral es increíble. En estos momentos, estoy reenfocando un poco mi visión y cuáles serán mis metas en el medio del entretenimiento, alineadas siempre al modelaje, al uso de mi voz, a la creación de contenido digital y, quien quita que la televisión también pueda estar en mi lista.
¿Cuáles son los proyectos más recientes con los que has trabajado?
Estoy trabajando desde hace meses en el contenido de mi plataforma web. Me he tomado el tiempo de pensar bien lo que quiero compartir y a qué tipo de audiencia le quiero llegar. Espero muy pronto poder compartirla con todos ustedes.
¿Cómo sientes que has evolucionado en este tiempo?
Wow! A veces siento que ya ni me parezco a la Molly de hace un año. El hecho de vivir en otra cultura, de intentar desarrollarte en otro país, de adaptarte a nuevas reglas de convivencia –mientras intentas lidiar con la ausencia de los tuyos y el sentimiento de impotencia con la situación que vive Venezuela- te cambian. Creo que he evolucionado de una buena manera, y espero seguir creciendo como ser humano, y ser cada vez la mejor versión de mí, tanto para mi familia, como para aquellos que me admiran.