Busca por palabras claves, luego dale a enter
https://www.tendencia.com/2012/tomas-y-juan-pablo-guanipa/
Los niños que crecieron corriendo por los jardines de la Guanipera son ahora hombres que trabajan para construir un país. En el Zulia el apellido Guanipa es sinónimo de rectitud, responsabilidad y sensibilidad social. El reconocimiento no es casual, es el resultado del ejemplo de dos seres excepcionales. Su padre, el recordado militante de Copei, Manuel “Manolo” Guanipa, sentó el precedente, y su madre, la jueza Corina Villalobos de Guanipa, imprimió en ellos los valores familiares. La prematura muerte de Manuel fue un duro golpe para la familia. Corina, una dama de hierro, asumió con temple las riendas de un hogar numeroso, seis varones y una hembra, manteniendo viva la memoria de su esposo. Tomás y Juan Pablo crecieron en una familia católica que fomentó los principios que hoy aplican en su gestión. El hogar fue, ante todo, su primera escuela. Siguiendo los pasos de su padre ambos perciben la política desde una concepción cristiana, asumiéndola como su vía para servir a la sociedad. Actualmente, Tomas es diputado en la Asamblea Nacional y secretario general del partido Primero Justicia, y Juan Pablo, ex-candidato a la Alcaldía de Maracaibo, es coordinador del partido en el Zulia. Un rasgo de la personalidad define a ambos hermanos: la solidaridad. Para Tomás “nunca se está bien mientras un amigo está mal”. Afirman que el amor por el trabajo es la base de una sociedad responsable de su desarrollo y un valor que en casa era un ejercicio diario para Tomás: “Nuestros padres dividieron la grama de la casa en zonas que cada uno debía atender. Al llegar cada noche revisaban cual estaba seca y despertaban a quien no la había regado”. Ante el deterioro de los valores familiares, ciudadanos y democráticos, estos hermanos abogan por trabajar la recuperación de un sentido de pertenencia con la cuestión pública. Para Juan Pablo los inmigrantes son un gran ejemplo de esto: “son personas que llegaron a Venezuela, aportaron al progreso y terminaron siendo tan venezolanos como nosotros”. Tomás, como sus hermanos tiene un gran apego a su patria. Nunca ha pensado en el exilio, aunque respeta a quienes se van, no concibe desarraigarse completamente del país. Con un futuro por delante, ambos sueñan con una Venezuela segura donde el trabajo brinde una vida digna y sea el motor que impulsa la economía. Luego de las próximas elecciones aspiran ver renacer la esperanza en un país que cierra un ciclo de confrontación y avanza reconciliado hacia un mejor porvenir. M.A.
Twitter | Twitter | Facebook | Facebook