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Fernando García, tras la pista de Rollertec

Fernando García, tras la pista de Rollertec

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Fernando García, tras la pista de Rollertec

Perfiles

1 diciembre, 2008

DONDYK+RIGA

Una pista de patinaje sobre madera flotante era el punto de encuentro de novatos que no perdían de vista la baranda, adultos recordando su dulce infancia, adolescentes agarrados de manos y niños sedientos de velocidad. Entre el Rollertec para la familia y la barra del Blue Apple para los mayores de dieciocho años se dividía  la diversión en Maracaibo durante los ochenta. El creador de tan maravilloso mundo fue Fernando García, junto a sus hermanos Gonzalo y Oscar, marabinos que vieron nacer un próspero negocio el 15 de septiembre de 1984. Desde su inicio la pista y la inolvidable barra fueron las principales atracciones: “Todos se identificaron con el patinaje ya que es una actividad de mucho furor, alegría y sobretodo interacción, cuando la gente se agarraba de la mano y formaba trencitos. Aquí se encontraban desde los que iban aprendiendo hasta los adultos que con nostalgia recordaban los sesenta, cuando con sus patines de metal se paseaban por las avenidas de la ciudad”. Los toques de grupos musicales como Pa’Tiya, Desorden Público, Un Solo Pueblo y Juan Carlos y su Rumba Flamenca, las fiestas de Halloween y su túnel del terror, las guerras de minitecas, la elección de las Roller Chics y la famosa fiesta de los besitos, permanecen como alegres memorias en el baúl de los recuerdos de los fanáticos del Rollertec: “Siempre me encuentro a personas que fueron niños en aquella época y que me saludan con mucho cariño porque me recuerdan como un personaje tipo San Nicolás, que les produce un buen recuerdo de infancia. Lo que más me gustó del Roller fue que muchas personas que se conocieron y se enamoraron allí, hoy son parejas casadas y con hijos. Eso me satisface porque significa que no sólo fomentamos la actividad en familia sino también logramos que los recuerdos se asociaran a una actividad tan sana como patinar”. El legado de Fernando hoy es continuado por los hermanos Baptista y las familias Guanipa y Gallegos, antiguos miembros del Roller, quienes han decidido revivirlo para disfrute de nuevas generaciones y nostalgia de otras: “El patinaje es una actividad que nunca se olvida. Así como lo haces de niños, lo haces de adulto. El Roller comenzó como una historia feliz y así terminó. Yo puedo hacer un libro de tantos buenos recuerdos y así espero que le pase a todos los que alguna vez vinieron al Roller”. A.B.

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