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Al entrar en su casa dan la bienvenida una rocola a la que el paso de los años sólo ha dejado buena música, y los numerosos premios que adornan sus paredes. A buen entendedor pocas palabras: con un solo vistazo a cualquiera le queda claro que un músico exitoso vive en ese hogar. Los más jóvenes la conocen como “la mamá de Leo” –el vocalista del grupo Mermelada Bunch– pero los verdaderos conocedores de la música saben que Beatriz de Colina es una de las grandes compositoras de la música zuliana. A la niña de los Puertos de Altagracia la música le robaba su atención y la poesía era un desahogo para su talento. La inquietud por componer se veía venir de pequeña y más aun rodeada de una familia tan grande y musical como la suya. Uno de sus hermanos es el primer trombón de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo y su hermana Fulvia Padrón es una reconocida cantante de gaita.
Su primera incursión fue precisamente junto a ella, con quien formó un grupo de gaitas que salía en las madrugadas navideñas a cantar villancicos después de las misas de gallo: “Desde pequeña entendí que Dios me había dado la facultad de proyectar un mensaje a través de la música. Cuando oigo notas musicales enseguida siento que estoy en completa empatía con ellas”. Lo mismo le ocurre a sus hijos, en especial a Leo y Luis Gerardo –antiguo miembro del grupo Tecupae: “Mi hogar es un templo, y mis tesoros son mis hijos. La música es algo que llevo dentro y que ellos heredaron. Apenas oyen cualquier canción al ratico ya están tocando la percusión con las manos. Aunque el que realmente ha proyectado esto y quiere seguir mis pasos como compositor es Leo”.
A pesar de que el Derecho es su profesión, Beatriz nunca pudo desprenderse de la composición, más aún luego de formalizarla hace veinticinco años, cuando los reconocimientos comenzaron a invadir las paredes de su hogar. Su amor por el folklore y la gaita le ayudaron a superar ratos amargos por problemas de salud. Desde entonces cada canción es una vía que aprovecha para transmitir mensajes positivos: “Me llena cantarle mensajes de afecto, de amor, de alegría a personas que están sufriendo. El que canta dice mucho y sufre poco, porque olvida su dolor”. Actualmente, trabaja en un disco de boleros de canciones de Alfredo Sadel y en otro de música zuliana para seguir cosechando frutos de una exitosa carrera, siempre consciente de que “amor con amor se paga”, tal y como dice una de sus canciones. – A.B.