7 agosto, 2023
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La meticulosidad es característica obligatoria para el profesional de la cirugía microscópica, y quien conoce al doctor Rigoberto Rangel sabe que es especialista en el tema. Dentro de la medicina siempre estuvo claro en que la otorrinolaringología era el campo que deseaba dominar, pues implica el estudio minucioso de una parte tan delicada del cuerpo. Por ello optó por la beca que le permitiría especializarse en la escuela de Burdeos, una de las principales a nivel mundial.
Cargado de conocimientos y herramientas de avanzada regresó a Venezuela, para así devolver a la sociedad los frutos de la oportunidad brindada. En el Hospital Central “Dr. Urquinaona” se convirtió en el primer profesional en practicar una cirugía otológica contra la sordera. Allí permaneció durante veinticinco años, inicialmente como adjunto y posteriormente como encargado de la sección de Otología y Neurotología, con la infinita satisfacción de “poder atender la serie de casos de pacientes con problemas de audición y otitis supurada en la población de bajos recursos”.
Su labor sobrepasó los límites del médico y se convirtió en educador del paciente y el mantenimiento de su salud. Por espacio de veinte años dictó la cátedra de Clínica en LUZ, a la par que dirigía como jefe del servicio el área de Otorrinolaringología en el Hospital Coromoto: “Esta es una especialidad llena de tantas facetas que se ha ido especificando”. Él, sin embargo, trata casos relacionados a laringe, parálisis facial vinculada al oído, o vértigo, que mediante cirugía microscópica pasan a ser situaciones salvadas. En su trayectoria, ha atendido tanto a niños como adultos, desarrollando con los primeros un exitoso vínculo: “Hay que tener una buena dosis de tolerancia con los niños. Yo les genero confianza para que se den con uno”. En la Clínica San Luis o Amado puede encontrársele atento a nuevos casos en los que aplicar su experimentada ayuda microscópica, para así alcanzar resultados inmensurables. E.R.
