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La historia está compuesta por hitos: unos relevantes y otros cotidianos pero, a fin de cuentas, momentos cruciales que determinan la evolución. Por lo general, esos momentos se celebran con actos protocolares y es allí donde la labor de profesionales como Henry Chirinos se hace sentir. Este periodista y locutor lleva más de tres décadas perfeccionando el oficio de maestro de ceremonias, y su voz ha estado vinculada a importantes momentos del devenir regional. No sólo ha sido vocero oficial de los actos protocolares de los gobiernos de Lolita Aniyar, Oswaldo Álvarez Paz y Francisco Arias Cárdenas, sino que actualmente es el maestro oficial del alcalde Gian Carlo Di Martino. Su vida admite, literalmente, hablar de la voz de la experiencia: “El protocolo es muy amplio. Son diferentes las formalidades en eventos religiosos, deportivos o militares. En 1998, durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe, me tocó practicar por única vez el protocolo real. Son muy pocos los especialistas en esta área, que nada tiene que ver con la conducción de espectáculos. Ser maestro de ceremonias amerita constancia, dedicación y mucho estudio e investigación”. Henry Chirinos se inicio en el oficio dentro de la Policía Regional, institución que los asimiló en 1985 y en la que ostenta el grado de comisario general. Desde 1975 fue locutor en emisoras como Radio Calendario, Ondas del Lago y Radio Popular, en programas de corte musical y noticioso. En esta última área demostró un talento que lo llevó a la narración de noticias en las emisiones meridiana y estelar del noticiero de Niños Cantores Televisión. Pero sin dudas es como maestro de ceremonias como se le reconoce y aplaude. No es fortuito que numerosas empresas privadas lo soliciten y que fuera elegido como la voz oficial del Instituto Tecnológico Unir: “Tengo un estilo particular y veo con orgullo que he sido modelo de los pocos exponentes de la generación de relevo. Me preocupa que no se estén formando nuevos profesionales en el área. Venezuela ofrece mucho campo a los maestros de ceremonia y sin embargo no existen leyes que rijan los actos protocolares. Mi meta es presentar un anteproyecto a la Asamblea Nacional. La falta de normas me ha permitido desarrollarme según mis convicciones. Mi filosofía es que cada acto es un reto. Tengo total conocimiento del programa; no dejo nada al azar y evito la improvisación, ya que en estos actos no es valorada. Así he alcanzado el reconocimiento”. C.W.