Porsche y Guangzhou desarrollan dos conceptos diferentes para afrontar las normativas anti polución y lograr cero emisiones.

Una apunta a desarrollar un combustible sintético que evite o postergue la extinción del motor de combustión interna, la otra al uso de baterías de Grafeno para hacer al auto eléctrico más viable y práctico; el resultado podría tardar años en el caso de Porsche y solo meses en el caso de Guangzhou. En septiembre del 2021 iniciará la producción del Aion V, el primer auto eléctrico con baterías de Grafeno, recargables al 80% en 8 minutos y más duraderas gracias a este material.

Porsche por su parte está desarrollando combustibles sintéticos para usarlos en sus vehículos de combustión interna, los cuales se pondrían a prueba a partir del 2022. Este carburante es un 85% menos contaminante, no proviene del petróleo y produce menos CO2 y partículas, pero es costoso de sintetizar. Sin embargo la compañía apuesta a que los autos de pistones podrán seguir rodando gracias a este combustible, mientras está electrificando la mayor parte de su producción. Tal vez el futuro sea eléctrico, pero los pistones se rehúsan a desaparecer.

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