Al sumar a un integrante perruno a la familia es importante tomar en cuenta sus cuidados básicos y alimentación, pero también su bienestar emocional y la buena educación, como enseñarlo a tener un lugar para hacer sus necesidades fisiológicas, su reacción frente a los visitantes y saber que está correcto y que no.

VILORIA, Ana

En ese proceso podemos “excedernos” omitir datos o causarles daño por desconocimiento, aquí cinco errores comunes:

Aplicar fuerza: los perros necesitan un líder pero cuando se trata de los castigos físicos solo conseguirás rechazo y miedo de su parte. Solo bastará con un toque fuerte de tus manos en su cuello similares a una suave mordida para corregir su conducta.

Utilizar su nombre de forma negativa: es importante no asociar experiencias negativas o contextos desagradables con su nombre, ya que esto hará que el perro lo relacione con rechazo. Ya que seguramente en algún momento llegaste a casa y te encontraste con un desastre que el causó, llámalo de otra manera y no con su nombre.

Regañar y no recompensar: los premios o halagos son de gran importancia a la hora de educarlos o corregir su conducta. Así que prepara tus premios.

Variar en el adiestramiento: por más inteligente que pueda llegar a ser su mascota es importante mantener una constancia a la hora de educarlos, ya que ellos graban tus actitudes y de estas se rigen en su comportamiento.

Asumir que la culpa la tiene la mascota: en ocasiones podrás pensar que tu mascota “no tiene remedio” pero no es así, ya su comportamiento depende totalmente de ti. Solo hay que dejar a un lado las frustraciones y no abandonar la faceta de instructor.

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