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Luciano D’alessandro, la interpretación con acento internacional

Luciano D’alessandro, la interpretación con acento internacional

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Luciano D’alessandro, la interpretación con acento internacional

Revista

26 febrero, 2018

Revista 15 minutos/ Colombia

“Estaba haciendo una telenovela llamada La esclava blanca, en Colombia, que era una novela de época producida por Caracol, me acuerdo que estaba hablando con mi mánager sobre nuevos proyectos, ya que la novela estaba por terminar y yo necesitaba futuros horizontes, entonces me dice que hay algo con RCN, un proyecto llamado La ley del corazón, pero que no querían extranjeros, sino que necesitaban colombianos, sin embargo, tomé el reto. Estaba grabando en una ciudad cerca de Cali, haciendo los últimos capítulos de La esclava blanca y, justamente, me llama RCN para decirme que me quieren probar para el rol protagónico de La ley del corazón, en el que obviamente debía esforzarme el doble, ya que de entrada preferían actores colombianos y necesitaba neutralizar el acento lo más posible. Así que, apenas regresé de las grabaciones de La esclava blanca, ese fin de semana me preparé para el casting, que era el lunes, estudié las escenas y me enfoqué en neutralizar el acento, esto me tenía verdaderamente estresado. Las escenas eran del personaje principal con la antagonista, su exesposa. Eran fuertes, con una situación muy conflictiva, hablaba de sus hijastros y este personaje, Pablo Domínguez, amaba a los niños como si fueran de él. Fue muy difícil de interpretar, porque yo no tengo hijos, ni hijastros, por lo que debía meterme de verdad en el papel, usando mucho sentido común, además de la imaginación. Eso sumado al estrés de neutralizar el acento, sentía que estaba más pendiente de esto último que de la escena como tal. Cuando llegó el casting, el director me dice que si quería hablar como lo hago yo normalmente, era libre de hacerlo, ya que en la historia podía modificarse los inicios del actor. Le dije que prefería arriesgarme a neutralizar: ‘Escúchame y dime si lo sientes creíble, de no ser así, pues lo hablo normal y listo’. Hicimos un ensayo y me dijo que estaba bien, que lo hiciera así, con el acento. Entré a ese casting con pocas expectativas, todo asustado, pero a medida que iba avanzando, me iba sintiendo más cómodo. Salí de allí sintiendo que el personaje era mío, cosa que nunca pasa, no siempre se sale pensando de manera positiva. Esta fue la primera vez que pensaba y sentía: ‘Esta vaina es mía’. El miércoles ya me estaban llamando para negociar. El papel que temía que no le iban a dar a un extranjero, terminó siendo mío. Es una anécdota que me llena mucho, porque fue un resultado en contra de las probabilidades y, sin embargo, se abrió esa puertita.Este proyecto fue una gran bendición, ya que se vio en toda América Latina y en un mes empezamos a grabar la segunda temporada de La ley del corazón. Tan exitosa fue que todavía estoy cosechando frutos de ese proyecto maravilloso”.