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Nacida en San Cristóbal, en el estado Táchira, Leydy García creció entre competencias de natación y karate, deportes que les sirvieron de puente de aprendizajes en el que su valor más importante es la disciplina.
Sus estudios en ingeniería mecánica, en la Universidad Simón Bolívar, no fueron un obstáculo para continuar su vida deportiva, durante su carrera fue reclutada por un equipo de waterpolo y fútbol de sala. Al finalizar su época de estudios, la fascinante vida de esta venezolana daría un vuelco.
Leydy García recuerda ese momento: “Mi hermano había practicado Down Hill a nivel competitivo y admiraba su participación en las competencias. Su bicicleta colgaba en la pared del cuarto como un trofeo, estaba llena de polvo y yo me pregunté por qué no desempolvarla. Mi hermano me la regaló y recuerdo que el primer uso que le di fue en el circuito de montaña de la universidad Simón Bolívar. Intenté tomar la primera subida inclinada de ese circuito y no pude ni avanzar un metro”, relató García.
Su pasión por el deporte, la ha hecho una mujer de retos y ante la primera dificultad no hubo cabida para el desánimo, sino por el contrario, con mucho trabajo y empeño, Leydy García, inició un duro trayecto hacia lo más alto del pódium. Su trayectoria inicia con las competencias nacionales como las válidas de Gatorade, categoría sport, en el año 2007, y aunque durante sus primeras carreras no logró pódium, tras un año de arduo entrenamiento García debutó en la categoría élite mejorando un 80 %.
La disciplina rindió frutos
García, manifiesta agradecimiento a su entrenador personal, Gregorio Deyon, con quien cumplía horarios sacrificados de entrenamiento: “Mi rutina de entrenamiento era martes y jueves a las 5 de la mañana en los Próceres para hacer trabajos específicos con la bicicleta de ruta. Lunes, miércoles y viernes eran trabajos con la bici de montaña, dos veces por semana era hacer crossfit, sábado y domingo me tocaba rodar entre 100 y 120 kms en la de ruta”, explicó.
Esta venezolana afirma que logró con el tiempo sus objetivos fijados en 2007, gracias a la disciplina y deja un mensaje claro: “(…) para lograr todas esas metas, bien sea en el ámbito deportivo o fuera de él, necesitas trabajar duro, pero con disciplina”, puntualizó.
De sus logros más memorables:
Para 2009, la tachirense se trazó una de sus metas más ambiciosas, participar en una de las competencias más duras y exigente del mundo: el Cape Epic, acompañada de uno de los grandes del ciclismo de montaña en Venezuela, Julio Monroy, esto, por tratarse de una competencia de equipo de dos: “Julio y yo rodamos 800 Km en 7 días y ascendimos 16000 metros de altitud. Logramos el lugar número 19 de 100 equipos, realmente quedé satisfecha con los resultados”.
Ha tenido una excelente participación internacional dejando a Venezuela en alto:
Para García, practicar el ciclismo va mucho más allá de realizar un deporte que exige: “el ciclismo no es sólo un deporte de alta intensidad, el ciclismo es una disciplina que te regala amigos, oportunidades, salud y felicidad.
Cuando estoy sobre la bicicleta siempre tengo algo que admirar como una hermosa colina, o siempre tengo alguien con quien reír o saludar. Definitivamente con las personas que estas rodando, compartes una pasión en común y pues es más sencillo entender las emociones de esas personas”, señaló.
Sus planes a futuro con este deporte de aventuras es dedicar su tiempo a las mujeres y niños que deseen iniciarse en esta disciplina: “Mi idea es impartir talleres de mecánica de bicicleta a mujeres que se sientan en la necesidad de ser autosuficientes cuando se encuentren con algún problema mecánico, y por otro servir como entrenadora personal de ciclismo de ruta y montaña sobre todo a mujeres y niños”.
Nota de prensa / Reynaldo Dávila