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Eduardo Biscayart, el triunfo de una decisión osada

Eduardo Biscayart, el triunfo de una decisión osada

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Eduardo Biscayart, el triunfo de una decisión osada

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El periodismo deportivo siempre formó parte de la vida de este argentino, desde la fotografía hasta la redacción. Siguiendo su corazón cosechó los mejores frutos de su carrera, rebasando cualquier expectativa.

26 mayo, 2018

Cortesía Fox Sport

“Soy producto de la clase media de Buenos Aires”, de esta forma Eduardo Biscayart puede resumir los esfuerzos de sus padres por educarle y, a su vez, engloba todo lo que conforma sus raíces y sus perspectivas que lo llevaron a buscar —y a aprovechar— las mejores oportunidades que se le presentaban. Sin aferrarse a la creencia del destino, el mérito es tangible cuando ve los resultados de la aventura que lo llevó a los Estados Unidos.

“Fue una decisión alejada de algún objetivo trazado previamente. No fue algo planificado”, Eduardo no veía necesario irse de su natal Argentina para retar a la suerte en otro país, mucho menos en Norteamérica. Sin embargo, el amor llegó como cualquier sorpresa: de forma inesperada pero envolvente. Siguiendo su corazón se volvió inmigrante, en una vivencia que no le resultaba del todo extraña, ya que viajar y probar nuevas experiencias no le asustaban: “Era joven, quizás la inconsciencia al medir los riesgos no te deja sentir miedo”.

Quién ahora es su exesposa tenía nacionalidad estadounidense, por lo que radicarse en Atlanta no sería tan complicado, solo necesitaba aferrarse a su talento y gustos para seguir adelante en su nueva vida. A estas alturas, ya había abandonado sus estudios para ser ingeniero, siguiendo su vocación en comunicar a través de la fotografía y el periodismo.

Llegar a Norteamérica implicaba, además de acostumbrarse a una nueva cultura, reconocer los desafíos que se avecinaban para así tomar las decisiones adecuadas. Tras las destrezas que obtuvo en Argentina, formando parte de la editorial Atlántida y trabajando con reconocidas caras del periodismo local, consiguió trabajos en subtitulaje y edición para TNT.

Con 25 años de edad, gracias a su constancia —y desafiándose a sí mismo—  fue abriéndose camino a través de cada ocasión que se le presentaba en el transcurso de su andar profesional. Durante ese tiempo, realizó una prueba para ser redactor en el canal de noticias CNN, trabajo para el que le llamaron; sin embargo, los Juegos Olímpicos de 1996 se celebrarían en Atlanta y otra posibilidad le estaba siendo puesta en bandeja de plata.

La afinidad por el deporte le llevó a poner en primer lugar la cobertura de los juegos: “Quizás otra persona habría ido por la seguro, yéndose a CNN porque ya le esperaban. Yo preferí hacer los juegos, aprovechar esa oportunidad, para luego ir a CNN”.

Así fue cómo la pasión terminó por sellar su destino, tras una aventura promovida por los sentimientos en donde “extrañar los alfajores” no eran parte de su rutina, sino mantenerse enfocado en salir adelante con una carrera comunicacional que le llenaba verdaderamente.

 

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