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Albi De Abreu, la osadía de crecer

Albi De Abreu, la osadía de crecer

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Albi De Abreu, la osadía de crecer

Perfiles

1 diciembre, 2010

DONDYK+RIGA

Su rostro es familiar para quienes sintonizaron la televisión nacional en las tardes de los noventa. De joven anfitrión de Supercropolis y Nubeluz, Albi De Abreu ha crecido hasta convertirse en un talentoso actor, director, guionista y fotógrafo. Adicto al trabajo, organizado, honesto, leal y a veces impaciente, ha sido reconocido como actor revelación y como director gracias a su primer cortometraje Música del Cielo, en el Festival de Cine “Manuel Trujillo Durán”, premios con los que alguna vez soñó de adolescente cuando se coleaba en el autocine cerca de su casa en Caracas: “Siempre sentí fascinación por las imágenes, veía las mismas películas muchas veces y poco a poco desperté un sentido crítico por el arte audiovisual. Tenía mayor motivación por dirigir, pero a los quince años se me presentó la oportunidad de trabajar en programas infantiles en los que estuve casi cinco años. Mientras estudiaba Fotografía y Publicidad, comencé clases de actuación y audicioné en RCTV para ser el protagonista en la novela Reina de Corazones. Conseguí el papel y desde allí no he parado de trabajar”. Cinco novelas, varias obras de teatro y el cortometraje 5/3 engrosaban su currículum cuando se mudó a Los Ángeles para estudiar actuación en The Sainford Meissner. Al regresar su carrera continuó pero con mayor impulso expandiéndose al cine nacional, una serie de televisión para Fox y el largometraje colombiano Saluda al Diablo de mi Parte. Hoy en día Albi forma parte de la nueva generación del cine venezolano, ése que invita con historias reales y tecnología a disfrutar de títulos de manufactura nacional: “Me siento parte de una cofradía muy especial, histórica”. Le hipnotiza la dirección de Won Kar Way y su capacidad de convertir cada toma en arte, y le inspiran actores camaleónicos como Gary Oldman, Johnny Depp, Meryl Streep y Dustin Hoffman, quienes seguramente recordó al momento de interpretar a sus dos personajes favoritos hasta ahora: “Jesús” en La Hora Cero y “El Coqueto” en Puras Joyitas. “Ambas películas venezolanas me marcaron porque fueron concebidas por amigos muy queridos. En ellas formé parte indirecta desde que se gestó la idea, se redactó la primera versión del guión, hasta que se rodó. Estar en el set era como un plan vacacional donde mis amigos y yo jugábamos a trabajar en una película que nos gustaba y de paso teníamos dinero para hacerla. Nunca paré de reírme y tener una sonrisa idiota en la cara”. A.B.

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