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Sus clientes más asiduos y seres más allegados lo conocen como Tanino, pero para quienes poco lo conocen su nombre es Gaetano Bevacqua, un empresario graduado en la universidad de la vida reconocido por haber fundado la ferretería Tanoca. Como jefe es exigente pero admirable. Para sus hijas, Ana y Milagros, tal vez no sea ingeniero, pero sí ingenioso. Ellas lo acompañan a diario en la administración de un negocio que ha creado pensando en el porvenir de sus nietos, mientras que Isleny, su esposa desde hace cincuenta años, es el pilar sobre el que se ha apoyado incondicionalmente desde sus inicios, cuando trabajaba en el Banco Obrero. Su historia no es diferente a la de cientos de personas que, provenientes de países devastados por la guerra, llegaron a Venezuela buscando una mejor vida. Aunque nació en Messina, Italia, su padre mudó a toda la familia huyendo de las penurias de la Segunda Guerra Mundial: “Tenía siete años cuando nos bajamos del barco en La Guaira; lo primero que hizo papá fue comprarnos pan y una Pepsi-Cola, que mezcló con agua. Así nos manteníamos para ahorrar y enviarle dinero a la familia en Italia. Él trabajaba en el área de la construcción y ese siempre fue mi ambiente”. En tiempos de Marcos Pérez Jiménez, la construcción de la carretera Panamericana los motivó a establecerse en Caja Seca y luego en Maracaibo: “Aunque tenga muchos años en Venezuela, uno siempre es un reencauchado; sin embargo, los extranjeros queremos más a Venezuela que los que han nacido aquí. Nosotros trabajamos y nos esforzamos en esta tierra, en cambio el venezolano trata de huir cuando las situación se complica”. En el 2005 la construcción ya no era el mismo negocio rentable de décadas pasadas, por lo que Tanino decidió diversificarse en un trabajo en el que no perdiera de vista a su pasión, la construcción: “Aunque es lo que me gusta porque es un trabajo que perdura en el tiempo, aún me mantengo ligado a ella por la ferretería. Es que uno ve las construcciones y sabe que es su grano de arena, porque las obras quedan, y ellas son las que hacen grande a un país. Si invertimos en nuestro país, Venezuela, eso será algo que las generaciones futuras siempre nos agradecerán”. A.B.