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En un camión Ford del año 83 distribuía henchido de orgullo el señor Hasboum las hortalizas más frescas cosechadas en Timotes. Este fue el sustento con que crió a su familia y el ejemplo de su hijo Nelson, hoy conocido como “el rey de las verduras”. Merideño de nacimiento, Nelson ha hecho de Venezuela su hogar, pues desde joven salió a probar suerte, llegando en esta perenne bitácora a Maracaibo donde, al frente de dos puestos de perros calientes, se hizo de un capital para emigrar. Y así llegó a Estados Unidos, siempre de la mano del trabajo, al que no teme. Observando los grandes envíos de alimentos llegados a puerto pensó: “Si yo tengo un pueblo en Venezuela donde se producen tan buenas verduras, por qué no puedo ser su proveedor”. Meses más tardes, en el mismo Ford 83, servía de intermediario entre los campesinos de Timotes y Alimarca, empresa manipuladora de alimentos para gabarras. La frescura de las hortalizas y el excelente servicio prestado por Nelson construyeron una fama que hoy se traduce en una flota de tres camiones y una cuadrilla de empleados, gracias a los cuales es distribuidor oficial de catorce restaurantes, los más importantes de Maracaibo, y algunos en Ciudad Ojeda: “Siempre he querido ser el mejor proveedor del estado Zulia”. Esta es su verdadera fortuna: un espíritu de superación que lo codea con los más exigentes niveles de un mercado que crece vertiginosamente en materia gourmet. Este mercado confía en “el árabe de las verduras”, quien dos veces por semana descarga los mejores frutos de su tierra, según las necesidades de cada cliente, y vuelve, al frente del volante, al Timotes que lo vio nacer, y del que saca hermosas hortalizas que son servidas a cinco horas de viaje, dejando en alto el nombre su lugar de origen y de uno de sus pobladores. E.R.

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