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Nabil Nasr y Pina Palumbo iniciaron, hace veinte años, una labor titánica al erigir en el antiguo restaurante Arco Iris, una embajada del Líbano en Maracaibo. Y luego de sembrar en tierra fértil en ese famoso local ubicado en la avenida Doctor Portillo, en el 2005 apostaron por ofrecer a la ciudad una sede digna de reyes, haciendo honor a su ambiente árabe con un nombre tradicional: Yal-la (expresión típica que significa “vamos”).

Nabil es el chef autodidacta que develó al paladar criollo, las bondades de la cocina libanesa: “Nosotros somos los pioneros en la comida árabe en Maracaibo”, y aún hoy nativos y turistas lo buscan para degustar su famoso Kibbe crudo, y uno que otro plato internacional, porque “usted pide y Nabil prepara”.

Pina, que conserva de su tierra natal Italia una cultura acostumbrada a la venezolana, de tanto camino recorrido acá, ideó este espacio con aires orientales que administra junto a su hijo Farid. Es él quien heredará este referente gastronómico marabino, de mil y un sabores, tesito árabe y yogurt con miel. Yal-la, adornado por odaliscas y sazonado con especias árabes, es el retrato fiel de todas esas familias que llegaron a un país para engrandecerlo y hacerlo más rico en cultura y en su mesa. E.R.

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