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https://www.tendencia.com/2006/humberto-adriana-y-anabeli-vera/
No hay frase más cierta que la que dice que cada quien es reflejo de sus padres. Para muestra sólo basta observar a la familia Vera. El señor Humberto es el respetable arquitecto que diseñó el Centro Bellas Artes, un complejo inaugurado en 1970 durante el primer gobierno de Caldera, que durante años fue la única institución de su naturaleza en la ciudad, que dio cabida a eventos culturales de toda índole. Este guariqueño, perteneciente a la tercera promoción de arquitectos de la Universidad Central de Venezuela e ilustre alumno de Carlos Raúl Villanueva, tiene sobre sus hombros importantes obras como el diseño de Café Imperial, la participación en la construcción del Helicoide capitalino, la construcción de las primeras casa tipo de la Urbanización Irama y el proyecto del Paseo Ciencia. Gracias a su destacada labor profesional recibió el Premio Nacional de Arquitectura “Carlos Raúl Villanueva” por treinta y siete años de labor docente, por ser el fundador pionero de la cátedra Ecología y Ambiente, pero, sobre todas las cosas, por ser reconocido como un hombre de principios y valores. De este digno ser humano nacieron Anabelí y Adriana. Crecieron en un ambiente donde se respiraba arte. En la casa de los Vera era común una reunión en compañía de Lía Bermúdez, Jesús Soto y Bellorín, donde Humberto mostraba sus destrezas con el cuatro y las maracas. Anabelí se hizo arquitecto como su padre, pero orientó su profesión hacia el arte, al realizar un postgrado de Museología y Conservación de Patrimonio Histórico en la Ecole de Louvre en Francia y un doctorado en Arte Contemporáneo en La Sorbonne. Actualmente es profesora de LUZ: “Es un orgullo ser la hija de Humberto Vera. Todo el que lo conoce conserva con cariño el recuerdo de un ser íntegro. Esa es nuestra mayor herencia. Él fue mi modelo a seguir y mi sueño es dejar huella como él”. Adriana, la idealista de la familia, se convirtió en una talentosa comunicadora que hoy está al frente de la Oficina de Prensa del Centro de Arte “Lía Bermúdez”. Su voz se convirtió en una bandera cultural, a través de su programa radial Signos Positivos, transmitido por Éxitos FM y su Gala Cultural, transmitida por Urbe TV: “Cuando era niña mi sueño era montarme en el Calypso con Jacques Costeau, para explorar y salvar el mundo. Hoy, mi sueño es presentar la cultura a la gente joven y lograr que se enganche con ella. Siento que eso es lo que marca la diferencia. Aunque de joven me resistía a ir a eventos culturales, hoy me doy cuenta que nuestros padres simplemente nos dieron la oportunidad de ser diferentes”. C.W.