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Carlos Vives: “El reggaetón es un vestido”

Carlos Vives: “El reggaetón es un vestido”

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Carlos Vives: “El reggaetón es un vestido”

Revista

El cantautor colombiano se reinventa. De gira por Europa, nos revela el secreto de la fusión de su melodía vallenata, que no para de conquistar a las masas en el mundo mientras prepara el lanzamiento de ‘VIVES’, su nuevo disco.

2 junio, 2017

OYUELA, Andrés

Lleva el vallenato bajo la piel. Sencillo, humilde y con el corazón latiendo siempre en el sur, esparce los sonidos de su tierra por el mundo con alegría, sabor y una esencia color amarillo. Carlos Vives renació y su música no para de fluir en cualquier país colmado de gente que siente amor por las melodías sinceras y libera su espíritu al bailar.

En la década de sus 50 años, el cantautor colombiano sentencia que debe seguir creciendo. No piensa en la fama, ni en la popularidad, ni en las cifras de ventas de sus discos. Solo está enfocado en un proceso fundamental para el éxito de los artistas verdaderos: disfrutar su trabajo. Vives contó a Tendencia cómo se reinventó a partir de la música tradicional de su país, el contenido que tendrá su próximo álbum -que espera estrenar este 2017- y su mensaje para la paz en Colombia, un ideal que se pasea entre el esnobismo y la realidad.

-Mirando hacia atrás para dar un vistazo a todo su recorrido, ¿cómo siente la música y la vida en la década de sus 50 años?
Siento que la música está toda por hacerse. El camino especial que tomamos, internacional, ha sido todo un redescubrimiento a través de los años. Hemos aprendido mucho, pero queda aún más que eso por hacer. Al final, uno puede proyectar ese mismo sentimiento hacia la vida. Cuando uno llega a sus 50 (años) siente que, en vez de que la vida decae, debemos seguir creciendo.

-¿Qué escucharemos en el próximo disco de estudio de Carlos Vives?
Es un disco de 15 canciones, se llama VIVES y como todos mis álbumes, especialmente aquellos primeros, tiene la tendencia de alimentarse de la diversidad, pues maneja muchos ritmos, sonidos e historias que tienen que ver con la colombianidad, con personajes e historias de la localidad; desde las champetas, los vallenatos, los porros y los bambucos hasta la guasca y la puya.

-¿Alguna colaboración con artistas que nos pueda adelantar?
Además de la colaboración con Shakira en La bicicleta, hay una con Cynthia Montaño, rapera del Pacífico, muy buena. Es una canción sobre los niños olvidados.

-¿Por qué vincularse ahora con el reggaetón después de haber despertado un sentido nacionalista en Colombia con Clásicos de la Provincia?
El reggaetón es un vestido, yo solo sé componer vallenatos. Creo que hay unas coincidencias maravillosas rítmicas que nos permiten usar ritmos como el dance hall y el reggaetón sobre patrones de la cumbia y del vallenato. El reggaetón como corriente es una cosa y como ritmo es otra. Nuestra música se mantiene en sus mensajes positivos, en su crónica y en el origen vallenato, aunque muchas veces, para poder acceder a la radio, podemos usar esas melodías. Pero realmente, si uno lo analiza bien, mis canciones que tienen ese patrón de reggaetón, no dejan de ser vallenatos.

-¿Considera que esta vinculación con el género urbano va en contra de lo que usted planteó con su música en los años 90?
No, al contrario, sigue a favor de mis teorías el poder seguir usando los patrones que planteamos desde el principio con nuestra propuesta, que se conecta perfectamente con sonidos modernos dentro de la electrónica, dentro de lo urbano. Lo urbano no es un patrón diferente a la cumbia, ni a los vallenatos. Se alimenta de patrones folclóricos, ya sean del sur de los Estados Unidos, de la música afro antillana, o de la afro colombiana. Es muy fácil seguir escribiendo vallenatos y cruzarlos con muchos de esos ritmos contemporáneos como el hip hop. Al principio, el funky, el rock and roll y el blues se conectaban y aún lo siguen haciendo, aunque la forma o los sonidos sean aparentemente diferentes.

MONTAÑEZ, Carlos

-¿Qué es para usted, en este momento, ‘La tierra del olvido’?
La tierra del olvido representa esos lugares que nosotros mismos hemos olvidado, que no hemos reconocido como nuestros. Esos niños que se siguen muriendo en los rincones mas apartados y olvidados de nuestro país, esas mujeres que siguen siendo maltratadas, esa otra Colombia que está mas allá de nuestras ciudades, seguridad y tranquilidad. Esas son las tierras del olvido, hacia donde los colombianos tenemos que empezar a mirar.

-La paz en Colombia: ¿esnobismo o realidad?
Colombia necesita que trabajemos por ella. La paz en el país va más allá de un discurso, de un arreglo y de una guerrilla que se desmoviliza. La paz en Colombia tenemos que hacerla todos y reconocernos como colombianos. Mientras haya lugares donde no podamos llegar y prestar atención a los ciudadanos, llevar salud y educación; mientras sigan existiendo tierras del olvido va a ser muy difícil encontrar la paz, porque esos espacios que deja el abandonado estado son los que llena la delincuencia, el narcotráfico, el trasiego, la piratería y todas las cosas problemáticas. Creo que todavía estamos muy polarizados y muy en conflicto para poder tener la tranquilidad necesaria, ponernos de acuerdo y vencer de una vez por todas esos abismos.

-Éxito tras éxito, sigue sonando en las radios del mundo y no para, ahora con La bicicleta. ¿Qué fue lo más especial de grabar junto con su compatriota Shakira?
Fue especial todo, desde el principio cuando ella quiso formar parte e involucrarse en la canción. Era un deseo que teníamos hace muchos años, poder hacer algo juntos. Todo lo que le ha aportado Shakira a la canción ha sido increíble. Nos ha abierto puertas con su imagen.

Recientemente fue demandado por plagio con este mismo tema, ¿cuál es su posición al respecto?
Han debido escuchar las dos canciones y haber sacado sus conclusiones, al hacerlo sabrán si es un plagio o no. Al final, lo único que puedo decir es que hay que dejar que la justicia haga su trabajo.

-¿A qué piensa que se debe su nuevo éxito tan masivo?
Creo en las cosas muy del espíritu y del alma. Trabajamos con una música muy alegre que llega fácilmente a la gente, sin importar el idioma que hables. Escogimos un camino muy bonito de inventarnos a partir de nuestra música tradicional. Era algo nuevo y tuvo muy buena recepción por parte de los colombianos. Ellos mismos se encargaron de llevar mi música por todas partes del mundo y se sintieron orgullosos de nuestro trabajo. Eso se ha multiplicado con la buena labor de las compañías disqueras, mi mánager, todo el equipo.

-En 2004 revolucionó una vez más el sonido de su tierra con El rock de mi pueblo. ¿Visualiza un próximo disco suyo en esta misma onda de fusión?
La revolución fue con los primeros Clásicos de la Provincia, donde por primera vez planteamos los nuevos patrones en guitarras eléctricas, baterías y todo. Lo que pasa es que era vallenato clásico y lo mandaron a quemar porque eso no era folclor, decían que el folclor no debería tener rock. Lo que nosotros descubrimos fue el rock a partir de nuestro folclor. Todo lo demás, ha sido responder a eso, los álbumes posteriores han sido respuestas a ese proceso. Nosotros buscamos o somos El rock de mi pueblo, somos el sonido moderno de nuestra música.

-¿Qué opina del movimiento musical colombiano? considerando que en la actualidad, más que Juanes y Shakira, tienen como referencia en el mundo a estrellas como Jbalvin y Maluma.
Colombia es un país que se ha expresado siempre de manera generosa con música de diferentes regiones. El hip hop del pacífico es una revolución y el tropi pop del caribe y del interior, otra. Toda la escuela de Juanes también. Hoy en día, de lo que más se habla es de Jbalvin y Maluma, porque el reggaetón es lo que más se escucha y tiene acceso a la radio. Es una corriente que viene especialmente de Medellín.

-¿Qué fue lo que lo ayudó a ‘volver a nacer’?
La resiliencia en los momentos difíciles, tener siempre ganas de vivir, de ser felices. La familia, la mujer, los hijos y el amor que sentimos por lo que hacemos ayuda mucho. Los momentos difíciles y las crisis sirven también para sacar provecho, enseñanzas y eso que aparentemente está en contra de ponerse a favor.

-¿Qué tiene que decir hoy de Escalona y Alejo Durán?
Siguen siendo espíritus maravillosos, esa fuente a la que volvemos siempre y de la que no debemos irnos nunca. Y no tiene que ver con un sonido, ni con un acordeón, tiene que ver con una filosofía, un sentido y una razón para la música. Mientras todo el mundo en estos tiempos está buscando el sencillo para ver si llegamos al primer lugar en la radio, creo que la música mas que para competir o ver si vendemos mucho, debe tener mensajes buenos, urgentes, maravillosos, de esos que siempre le devuelvan a la gente su naturalidad y el sentido humano.