7 agosto, 2023
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Manila, la capital de Filipinas fue sede del importante concurso de belleza, donde se congregaron 86 mujeres de todo el mundo para representar a su país en la edición 65 del Miss Universo. El certamen se mantuvo con tranquilidad, pero lleno de revelaciones y de paradigmas rotos.
En esta oportunidad, el objetivo iba más allá de las líneas perfectas, de un cabello bien peinado o de un maquillaje radiante. La esencia de las concursantes y saber de qué estaban hechas realmente fueron los elementos que llevaron a Francia a coronarse como reina de la belleza universal.
Las preferencias no destacaron en la ronda de semifinalistas, donde quedó eliminada la representante de Venezuela, Mariam Habach, pese a haber estado entre las favoritas durante las semanas previas al concurso.
Los paradigmas tampoco fueron problema durante el certamen que, en esta oportunidad, dejó espacio para nuevas candidatas en las rondas semifinales y figuras más voluptuosas en las pasarelas del Miss Universo.
El comediante estadounidense Steve Harvey aprovechó la oportunidad como anfitrión, por segunda vez consecutiva, para bromear sobre su equivocación en la edición de 2015, cuando dijo que la ganadora del Miss Universo era la colombiana Ariadna Gutiérrez y no Pía Wurtzbach, la representante de Filipinas. En esta ocasión, Harvey bromeó con las nuevas participantes durante la noche del certamen. Incluso, preguntó a Miss Colombia, Andrea Tovar, sobre qué pensaban de él en su país tras lo ocurrido en aquel entonces. Ella no pudo ocultar que a algunos no les simpatizaba el animador.
2. Ashley y Siera sin paradigmas
Durante la noche del Miss Universo más de un paradigma fue roto. En la edición 65, la modelo ‘plus size’, Ashley Graham dejó atrás los estereotipos reportando desde detrás del escenario lo que ocurría. Mientras tanto, en el concurso hubo más de una revelación, entre ellas, las medidas de la participante canadiense de 23 años, Siera Bearchell, quien rompió con el tracional 90-60-90.
El certamen está dejando ver, cada vez más, que la belleza universal va más allá de la apariencia física. Miss Canadá demostró seguridad y confianza durante su intervención, tras ser seleccionada en el primer cuadro de las 13. Incluso, días antes del concurso supo defender su posición cuando le preguntaron sobre qué sentía por ser “más grande que el resto de las delegadas”. Bearchell se sorprendió por la pregunta, pero respondió que se sentía muy bien.
Al parecer, ser la favorita no es suficiente cuando se trata del Miss Universo. La venezolana Mariam Habach había recibido las bandas como Miss Elegancia, Mejor Cuerpo y Mejor Piel días antes del concurso. Sin embargo, esto no le bastó para figurar en el cuadro de seminifinalistas y quedó sin oportunidad cuando Miss Tailandia fue nombraba para ocupar el décimo tercer puesto.
Ante la sorpresa, Habach se mostró agradecida y orgullosa a través de sus redes sociales por haber tenido la oportunidad de representar al país en el certamen.
Nada apuntaba a Mary Esther Were entre las otras 86 candidatas como favorita para ingresar al cuadro de las trece, pero este no fue un concurso habitual. La representante de Kenia se convirtió en la primera participante de su país en ingresar a la ronda de seminifinalistas.
También lo hizo cuando lució su belleza sobre el escenario por ingresar al grupo de seis, pero se convirtió en polémica cuando Steve Harvey le preguntó sobre qué le emocionaba y qué le preocupaba de la presidencia de Donald Trump. Al principio, la keniana quedó sin muchas ideas, pero respondió: “esta no fue la elección de la mayoría de personas que viven en Estados Unidos, porque está muy dividido el sistema con el president Barack Obama y Hillary Clinton, quien pudo ser la presidenta”.
Sin embargo, la finalista se contradijo al indicar que creía que con Donald Trump a cargo el país se unificaría.
Iris Mittenaere, representante de Francia, se coronó como la nueva Miss Universo tras 64 años sin que el país ganara en el concurso. La edición 65 le dio la oportunidad a la chica de 23 años de convertirse en la reina de la belleza universal.
Desde 1953, los franceses no obtenían una corona tras el título de Christiane Martel. En esta edición, se veía como favorita para la corona a la representante de Colombia, quien quedó en tercer lugar, lo que dejó oportunidad a Mittenaere para tomarse de las manos con Haití, Raquel Pelissier, quien logró titularse como primera finalista y dejó a Francia como la dueña de la anhelada corona.
