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http://www.tendencia.com/2019/pop-star-pobre-ejemplo-seguir/
En estos tiempos donde la fama llega con tan solo un clic de un canal de YouTube o siguiendo la cuenta en instagram de un peculiar personaje, nos sentimos dotados del don de asignar vida de celebridades a quien sea, los llevamos al estrellato, aumentamos los montos que ingresan en sus cuentas bancarias, lloramos, nos enamoramos y luego nos convertimos en sus peores críticos, olvidándonos por completo que son personas con gustos tan comunes y problemas tan grandes como cualquiera de nosotros.
Veamos tres ejemplos:
Miley Cirus, aunque ya tiene 35 años no deja de ser una estrella emblemática del escándalo y la polémica, atrás quedó la joven que en su adolescencia protagonizó la famosa serie de Disney, Hannah Montana, abriéndose paso en el ámbito musical pero ocupando cientos de titulares en la prensa producto de una vida escandolosa, descuidada, looks llamativos y amores complicados.
Lindsay Lohan, su talento como actriz es indiscutible y nos enamoró en cada una de las historias que protagonizó para Disney, como en Herbie a toda máquina, producción que marcó el inicio de su evolución como estrella, Lohan dejó atrás la pubertad, la tímida sonrisa y se abrió camino en el mundo artístico del pop ¡Oh por Dios! Su vida cambió por completo y la niñita tierna consentida pasó a ser un verdadero terremoto de conflictos emocionales, policiales e incluso, sustancias psicotrópicas.
Rihanna, nadie puede decir que la infancia y adolescencia de la cantante fue fácil, vivía del comercio informal, entre cocaína y alcohol acompañada de su madre, en 2003 despegó su carrera musical, el ritmo de sus caderas y la cadencia de su voz la convirtieron el ícono que hoy brilla en cualquier escenario, pero su vida, sigue siendo el centro de atención de quienes pretenden escudriñar en su pasado o dejar en evidencia los episodios de droga, violencia y sufrimiento que rodean su estrellato.
Si pretendemos que los famosos se conviertan en modelos a seguir, debemos revisar muy bien los cimientos de nuestra cultura. Los objetivos que pretendemos alcanzar asignándoles una responsabilidad que no merecen y concediéndoles la libertad de alimentar sus excentricidades con tal sigamos hablando de ellos.
La realidad es que así como no permitirías que un desconocido cuide de tus hijos o tus hermanos, no deberías considerar que una estrella que apenas ves por televisión se convierta en un modelo para nadie ¿acaso la ropa de Britney tiene la culpa del outfit en las fiestas de tu hija? Tú decides cómo vestirlos, qué comprarles y cómo consentirlos, el pop star funciona para el marketing pero si pretendes educarlos con el… es un pobre ejemplo a seguir.