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Geometrías progresivas es la primera exposición de Enmanuel Mastroianni, arquitecto marabino creyente de la tradición artística venezolana, cuya inquietud por expresarse en el mundo de las artes plásticas lo trajo de vuelta a su país natal, luego de cuatro años en Panamá trabajando en importantes proyectos internacionales de arquitectura.
La exposición se inaugura este viernes 22 de marzo a las 06:00 pm en el Espacio Alternativo de Arte MACZUL-Kristoff (Hotel Kristoff). Se trata de una individual que consta de 20 piezas la cual estará exhibida hasta el 08 de mayo, para luego viajar a Caracas como itinerante y ser expuesta en el Centro Cultural Chacao, desde el 16 de junio hasta el 16 de julio del presente año.
Mastroianni (1990) es Arquitecto egresado de la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAD) de la Universidad del Zulia, con ocho años de experiencia en el ámbito de la Arquitectura y el Diseño Interior; disciplinas que ha desarrollado mediante proyectos privados y públicos en países como Venezuela, Panamá, Costa Rica y Malasia.
– ¿Qué se siente regresar a Venezuela con un proyecto como este?
Estoy de vuelta desde hace ocho meses, después de estar cuatro años en Panamá. Fue un aprendizaje muy grande desde el punto de vista personal y profesional pero considero que uno siempre está en una constante búsqueda, aunque durante ese período en Panamá sentía que ya había finalizado y que ya era hora de irme por lo que yo de verdad quería, por lo que me llenaba; como siempre le comento a las personas que me preguntan ese “¿Qué tal estuvo?”, “Te fue mal, te fue bien”… siempre les contesto lo mismo, no me fue ni mal, ni bien, fue una experiencia. No me devolví por circunstancias adversas sino por una decisión estrictamente personal y en esta ocasión fue el arte lo que me trajo de vuelta.
– ¿Qué te ha parecido el resultado de apostar por el arte en Venezuela?
Fue una de esas sorpresas que te da la vida ya que no venía con la mentalidad de quedarme en Venezuela, mi plan era venir estar un mes y luego regresarme a Panamá. Tres días antes de venirme participé en el Salón de Jóvenes Artistas del MACZUL y estando aquí en pleno proceso de planificación de volver a emigrar, salí seleccionado. No fue hasta después de esa exposición que el museo me hace esa propuesta para hacer una exposición individual con 20 piezas y motivado por eso, los planes cambiaron y decidí quedarme. Todo ha sido consecuencia de la otra. También un mes después del 14 Salón de Jóvenes Artistas me invitaron a participar en la iniciativa de “Subastarte”, que es a beneficio del Hospital de Especialidades Pediátricas, que se llevó acabo en el Club Náutico. Ahora me encuentro con una exposición con 20 piezas a la vuelta de la esquina, además que va a ser itinerante, va a viajar a Caracas para el mes de junio para ser exhibida en el Centro Cultural Chacao, son dos exposiciones individuales que me han servido de inspiración a estar en Venezuela ahora mismo.
– Tomando en cuenta la situación del país, ¿qué impacto crees que puede generar el arte en estos tiempos?
Aunque no me creo y no soy precursor en nada, ya que Venezuela tiene una tradición artística bastante elevada desde hace muchos años, creo que el aporte o el cambio que puede significar mi exposición en estos momentos es demostrar que a pesar de las adversidades, el paso cultural puede seguir siendo un medio de difusión para el hombre y que además al tener tantas limitaciones debido a la situación económica que vivimos en el país, me vi obligado a darle la vuelta a mi obra. Eso va a ser evidente en la expresión plástica, en la exposición las personas podrán ver una propuesta de obras plásticas fuera de materiales y formatos convencionales.
– Además del aspecto material, ¿qué dificultad representó en ti como artista?
Considero que el proyecto más difícil que tiene uno como hombre es uno mismo y es por el simple hecho de que todo se transforma. El hombre cambia, el hombre no es un ser estático que quiere estar siempre en una constante evolución, en un constante cambio. Cada trabajo o proyecto tiene su complejidad en particular; yo soy arquitecto de profesión y como arquitecto te puedo decir que cada proyecto es muy diferente al otro, unos más buenos, otros peores, unos con enseñanzas… Pero siempre considero que el proyecto más difícil es uno mismo, es la búsqueda del hombre de sí mismo en todo momento.
– ¿Dirías que tu pasión por la arquitectura viene de familia?
Definitivamente es algo genético, algo intrínseco. Mi papá es diseñador de interiores, mi nonno, aunque no fue alguien profesional, era un hombre sumamente creativo, un artesano; a su vez mi tío, el único hermano que tiene mi papá, es también un arquitecto, podría decirse que industrial, y su creatividad va enfocada a otra cosa. Creo que la parte creativa viene profundamente de familia, sobre todo de mi familia paterna, donde la creatividad es un factor común.
– ¿Cómo fue que el arte intervino en tu camino durante tus estudios de arquitectura?
Intenté abandonar la carrera muchísimas veces debido a la inquietud por la búsqueda en el mundo de las artes plásticas, fue algo que siempre estuvo, no fue hasta hace dos años aproximadamente donde yo inicio mi proceso de investigación para empezar a elaborar mis propias obras y ya para ese momento le quería poner un stop a la arquitectura y al diseño de interiores, que es lo que venía haciendo hasta ese momento. Era casi inmediato que hoy decía que le pondría un stop y ya al día siguiente tenía un proyecto nuevo de arquitectura y diseño interior que hacer. Decidí por convicción que no podía apartarme verdaderamente de lo que yo era, al final como artista soy una consecuencia también de lo que soy como arquitecto y aunque intenté muchas veces dejar la arquitectura, decidí rendirme ante ese intento y dejar que pasara, en este momento no estoy haciendo arquitectura, ni ningún diseño de interiores, estoy completamente abocado a mi propuesta de obras plásticas.
– ¿Cuáles son sus virtudes a la hora de realizar una obra?
Considero que es la constante curiosidad por siempre materializar una búsqueda o una inquietud personal que tengo a nivel plástico. Cuando la inquietud y la insaciable búsqueda se unen, es cuando te encuentras con los mejores resultados. Mis habilidades y capacidades como arquitecto se han convertido en virtudes en la consecuencia y elaboración de mis obras plásticas y una de las más importantes es el nivel de perfección y la manía de intentar que las cosas salgan lo más perfectas posible aunque nunca vayan a serlo.
– ¿Puede ese perfeccionismo convertirse en una amenaza para tus procesos creativos?
Por supuesto, la búsqueda de la perfección y la manía te puede dejar muchísimas veces agotado tanto física como psicológicamente, hasta emocionalmente, es un arma de doble filo pero es lo que a su vez me motiva, mantiene vivo y con esa pasión por seguir adelante con mi trabajo. Creo que en el momento que mis ideas y mis manías se lleven a cabo hasta que mi obra de arte finalice, hasta ese día existo como artista.
– ¿Cuánto tiempo aproximadamente lleva la planificación y construcción de algún proyecto?
Mi propuesta de arte plástica está dividida en dos aristas hasta el momento: Una propuesta de obra gráfica y una de escultura, cada una posee sus pros y sus contras. Una obra gráfica sin ningún problema puede estar lista en un día mientras una escultura, que es un cuerpo tridimensional, puede tomar hasta un proceso de concepción de tres a cuatro días aproximadamente. La parte de la elaboración de la obra en cambio puede tomar de dos a tres semanas, hasta un mes dependiendo de la magnitud de la obra. Una obra gráfica como mucho tres o cuatro días para ser elaborada. La inspiración va, en mi opinión, ligada precisamente a la búsqueda a través de lo que quiero lograr por medio de la obra; al estar la inquietud está la inspiración.
– ¿Has abandonado alguna vez un proyecto?
Verdaderamente nunca en mi vida, cada vez que he iniciado algo lo he terminado, por más tiempo que me lleve, nunca he dejado nada a medias en mi vida.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia siendo parte de la firma de arquitectura Mallol Arquitectos?
Como arquitecto ha sido la mayor experiencia laboral que he tenido hasta el momento y que probablemente tenga. Mallol Arquitectos es una experiencia muy grata para cualquier persona que este en el campo de la arquitectura o del diseño, es una firma en la que trabajan 250 arquitectos, la firma más grande de Panamá, de Centro América y una de las más grandes de Latinoamérica. Fue una experiencia maravillosa ya que en mi caso tuve el honor de poder trabajar en proyectos de Casco Antiguo en la ciudad de Panamá, que es un tema bastante delicado, puesto que se trata de un Patrimonio, no cualquiera puede hacer un proyecto allí, tiene una complejidad diferente a hacer un proyecto en cualquier otra parte de la ciudad y eso, por supuesto, hizo para mí la experiencia mucho más grata. Además, me dio la oportunidad de trabajar con personas de todo el mundo, trabajé con personas de España, Italia, México, Venezuela, Argentina, Brasil y Colombia.
– ¿Cuál fue el mayor aporte de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela en tu visión como profesional?
Para nadie es un secreto que la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela es una de las mejores escuelas de arquitectura por su tradición, por excelencia, fundada por Carlos Raúl Villanueva, que es el arquitecto más importante que ha tenido el país, esto te permite explorar a un nivel mucho más profundo la carrera y conectarte con nuestras raíces como país del trópico, que es muy importante. Creo que el enfoque que se le da a la arquitectura allí es muy diferente al que te dan en cualquier escuela fuera del país. Tuve la oportunidad de estudiar en la Unidad Docente 9, de aprender de Joel Sanz, Premio Nacional de Arquitectura y al profesor Gianni Napolitano que es un excelente arquitecto, bastante brillante diría yo; tener estas dos personas como maestros en ese momento me hizo ver y entender a la arquitectura de otro modo y precisamente la búsqueda, esa constante inquietud de no quedarme estático.
– ¿Qué te inspira para lograr tus obras?
La esencia del artista es básicamente tomar lo que ya existe, explotarlo, sintetizarlo y mostrárselo al público, hacerle ver al hombre lo que a simple vista está pero que no vemos. Mi trabajo no es más que la desmaterialización de las formas geométricas puras, en mis obras se ven casi siempre cuadrados, rectángulos, círculos completamente desmaterializados, estas son figuras geométricas que te las encuentras día a día en cualquier lugar, en cualquier situación solo que estas están sintetizadas bajo mi perspectiva en la obra. Precisamente en eso consiste el arte, en comunicar, transmitir un mensaje que se sabe conscientemente que existe pero que no se ve o se comprende a simple vista, básicamente eso es lo que se ven en mis obras, un mensaje totalmente expresado o comunicado a través de un proceso de conciencia y de síntesis de una preocupación muy particular.
– ¿Cómo fue tu experiencia en tus pasantías profesionales en el estudio Sistema Híbridos Arquitectos?
Mi profesor Gianni Napolitano de la Universidad Central es el dueño de esa oficina. Yo no iba con las intensiones de hacer pasantías con él pero una vez que llegué a Caracas e interactué con él como profesor y estudiante, surge por supuesto una amistad, pronto de la buena química que hicimos me llevó hasta su oficina para hacer las pasantías, fue toda una experiencia ya que básicamente el proyecto que se sacó adelante fue “La Casa de la Abuela”, en Lecherías. Con ese proyecto tuvo el honor de representar a Venezuela hace dos años en la edición 2016 de Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de São Paulo, Brasil. Fue todo un aprendizaje para mí desde el punto de vista artístico y técnico, además de enriquecedora como arquitecto, me enseñó cosas incluso más allá de la arquitectura hasta en el campo del diseño gráfico, algo de lo que por supuesto siempre voy a estar agradecido.
– Cuando desarrollas un proyecto, ¿cuentas un equipo de trabajo ya establecido?
Un arquitecto o diseñador la verdad no creo que trabaje completamente solo, alguno que se atreva a decirlo, podría decir que miente, ya que es imposible, desde mi opinión. El acto de concebir una obra, procesarla, plasmarla, dibujarla, elaborarla, buscar además todos los materias que componen esa obra para luego publicarla, exhibirla, siempre en cualquier proceso creativo hay un equipo de trabajo. Yo principalmente tengo a mi familia, ellos son un pilar fundamental en mi vida como persona y como artista, en estos momentos no puedo decir mis amigos, ya que los tengo algo lejos, y por supuesto con mi pareja que en este momento es la persona que tengo a mi lado y que me ayuda a materializar todas mis obras.
– ¿Tienes algunos proyectos a futuro que estén en desarrollo?
Pienso trabajar unos proyectos con mi galerista luego de esta exposición, ya tengo varios de mis proyectos planteados, puede que estén un poco como en el aire pero estoy seguro que por lo menos algunos se van a concretar. Por ahora voy un paso a la vez.