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«Un nombre sonoro y simple que resuma nuestra esencia: “¡Clap!”». Hace unos diez años, la idea inicial de Javier Farías era crear una compañía dedicada a la producción musical con la intención de crear jingles y trabajar con edición y posproducción de audio, pero su propósito siempre fue el mismo: ganar el aplauso del público.
La vida lo llevó a fundar una empresa dedicada a la realización audiovisual un par de años después junto a Eleazar Gómez, un productor local que buscaba involucrarse en nuevos proyectos. Ya la dupla cumple siete años al mando de Clap Media, una fábrica de historias locales que tienen la capacidad de convertirse en universales para ganar aplausos, no solo en Maracaibo, sino en cualquier lugar del mundo.
Conversamos con Javier y Eleazar sobre sus inicios, el movimiento audiovisual en Venezuela y el futuro de Clap Media.
¿Cuáles fueron los inicios de Clap Media?
J: Nos conocimos en el medio y empezamos a trabajar con algo un poquito más fuerte a partir de un cortometraje que hicimos en el 2007, 2008. Estábamos buscando productor, Eleazar estaba disponible en ese momento y a partir de ahí él empezó a trabajar con nosotros.
E: Eso fue como en el 2008. Hicimos ese corto y ahí todavía no formamos la empresa.
J: Ya un par de años después, Eleazar tenía otra empresa, se separó y yo estaba por crear algo propio porque trabajaba de manera independiente, de freelance, y ahí fue cuando nos juntamos a hacer ya esta productora.
E: Mi socio se fue a Canadá y yo quedé solo aquí. Javier estaba formando esa productora y como ya habíamos trabajado mucho juntos, decidimos hacer ese emprendimiento, no por separado, sino con la idea de juntar fuerzas para trabajar.
Además de ustedes, ¿quiénes conforman el equipo? ¿Cómo se maneja Clap como empresa?
J: Realmente el grueso somos nosotros y Marinela Acevedo que trabaja más que todo en la parte de producción y casting. Está Edward Perdomo, que es fotógrafo, y está el área de postproducción, en donde está la gente que edita o hace gráficos, porque también nos dedicamos a eso. También tenemos técnicos eléctricos o electricistas que trabajan con nosotros.
E: Los directores de fotos son invitados, como Juan Toledo o Edgar Nava. El resto del equipo también trabaja como invitados a los proyectos.
¿Cómo es su proceso de creación?
J: Hemos aprendido a trabajar de todo un poco. En la parte comercial, que es con las agencias de publicidad, nos proponen algo o envían un briefing y a partir de esas ideas hacemos nuestras propuestas de cómo se podría ver el comercial. Igual con los artistas musicales: ellos nos presentan su canción y a partir de ahí hacemos una propuesta de cómo sería el video. Y ya como la tercera parte de esto sería lo que hacemos nosotros de manera independiente, nuestras propias producciones que serían los cortometrajes y documentales.
E: Más a la vía cinematográfica como tal, ya sea de ficción o documental.
J: Ahí es hacia donde estamos apuntando más, porque ahora tenemos hasta más tiempo para desarrollar ese tipo de cosas y es algo a lo que nos queremos dedicar. Hemos estado trabajando con gente de diferentes áreas del país y con otros venezolanos que están afuera también. Ahorita estamos preparando varios proyectos para empezar a desarrollarlos en el país en los próximos meses.
Hablando de proyectos, ¿cuál ha sido su favorito hasta el momento?
E: En retrospectiva -claro, hemos avanzado demasiado- pero todavía me parece muy bueno el proyecto Vueltas, que fue con el que empezamos. Todos son distintos, en todos aprendemos un poco y vamos buscando el camino ya de ir creando una identidad para Clap Media.
J: Sí, ese fue nuestro primer proyecto y con el que nos fue bien. La fotografía y la cámara también fueron muy reconocidas y obtuvieron unos premios en el Festival Manuel Trujillo Durán. Después estuvimos en otro proyecto que fue transmitido en Tves, que eran unos cortos como de ciencia ficción y ahí participaron varios directores jóvenes y no tan jóvenes. Fue un seriado llamado Historias del más acá de más o menos 13 capítulos que se hicieron para televisión nacional y nosotros llevamos uno que se llama Extraño.
E: Ahí participamos con bastantes directores que hoy en día hacen vida nacional e internacionalmente.
J: Tal vez a partir de Vueltas como que juntamos un poquito más de fuerzas y seguimos trabajando con un corto documental sobre el boxeador Betulio González e hicimos un corto que se llama Arranca.
E: El más nuevo lo estamos comenzando a rotar ahorita y ya estuvo en la previa de un festival en Buenos Aires.
J: Ese cortometraje se llama Pura Pantalla y ahora estamos por realizar otro más o menos dentro de la misma onda cinematográfica.
¿Y cuál es esa onda o estilo que los identifica?
J: El estilo, más que todo en los cortometrajes, es más que todo humor negro y sarcasmo. El planteamiento que tenemos de las producciones, por lo menos en contenido, sí es tratar de hacer una propuesta diferente que esté más dirigida al humor y la sátira y no tanto a la comedia. En cuanto a las producciones comerciales nos caracterizamos por tratar de hacer trabajos de calidad que se puedan ver a nivel nacional e internacional. Hemos tratado de que cada uno de los trabajos sea universal y que no se vea amateur, sino tratar de tener la mejor calidad, el mejor personal, las mejores técnicas y los mejores equipos para que el producto se vea lo mejor posible. Para nosotros, cada trabajo es una carta de presentación. No tenemos algo físico sino algo que se puede ver. No necesariamente es lo que decimos, sino lo que hacemos, lo que se vende.
En la actualidad, ¿cómo está el campo audiovisual en el país?
J: Muy escaso, realmente. Por eso hemos tratado de dirigir algo un poco más internacional, con venezolanos que están afuera. Ahorita hemos venido trabajando con videos musicales para un artista de Maracaibo que está residenciado en Francia.
E: Estamos redireccionando nuestros esfuerzos a otros proyectos a los que antes, tal vez por estar muy enfocados en la parte comercial, no les invertíamos nuestro tiempo.
J: Sí, producir nuestras ideas y producciones para dedicarnos más a lo que siempre fue nuestro fin, que es hacer cine, y desarrollarnos en esa área más que en la parte comercial, pero con esa idea y con esa proyección de que eventualmente vamos a hacer una película. Esa fue la meta desde el comienzo y tal vez en aquella época éramos un poquito más noveles, estábamos más nuevos y queríamos aprender más de cómo se hacía una producción, pero ya hoy estamos en la capacidad de producir nuestras propias cosas e intentar hacerlo lo más pronto posible, para que nuestro trabajo sea más reconocido en esta área.
E: Yo soy fanático de los documentales así que siempre también ando fastidiando [risas] a Javier para que me complazca y hagamos unos documentales también.
¿Hacia dónde creen, entonces, que evolucione el cine en el país?
J: Yo creo que la idea es seguir haciéndolo independiente -con financiamiento privado, por decirlo de alguna manera- y tratar de mostrar temas que sean acordes a nuestras capacidades y a nuestro entorno, porque sabemos que hay cosas que, bajo la situación en la que estamos, no se pueden lograr -como cierto tipo de producciones- pero sí sabemos que hay espacios y hay un nicho que podemos tomar y por ahí desarrollar historias que puedan ser contadas. La idea es esa y sabemos que las características que tiene el país son poco comunes -más ahora- y con esto sabemos que también es una oportunidad que tenemos que aprovechar para seguir contando y desarrollando los proyectos que tengamos. Hay cuestiones como el gremio de actores o el gremio de técnicos que están escasas, pero sabemos que todavía en Maracaibo, Caracas y las ciudades un poco más grandes, sí queda gente que todavía está interesada y que trabaja en eso.
¿Alguna anécdota de rodaje que siempre recuerden?
E: Yo creo que todos los rodajes están llenos de anécdotas.
J: Bueno, se sabe que en este medio, cuando estás en una producción, se duerme muy poco porque los horarios son muy largos. Recuerdo que en el primer corto teníamos tal vez poca experiencia y le dedicamos muchísimas horas. Los días de rodaje fueron como cinco, y recuerdo que ya al sexto día estábamos todos muertos. Ya habíamos terminado de rodar, íbamos a nuestras casas y paramos en un semáforo a esperar que cambiara la luz a verde y cuando nos dimos cuenta todos estábamos dormidos en el carro [risas]. Como que nos despertaron las cornetas y arrancamos.
¿Qué es lo más difícil que han vivido en su trayectoria?
J: Lo más difícil ha sido lograr un equipo de personas que creen en los proyectos y que se animen a trabajar a veces sin importar el tiempo o el dinero; que la gente se enamore de los proyectos y que esté dispuesta a hacer muchas cosas por ellos. Contar con el trabajo en equipo, coordinar cosas como la gente que se va, tener transporte, tener comida. Crear una producción hoy en día en el país es complicado, pero sí se puede. Lo que hay que hacer es tal vez adaptarse a los tiempos y al momento, mantener la energía y el ánimo para poder seguir produciendo, porque a veces también uno se frustra un poco.
E: Hacer producciones en todos lados es un reto siempre.
J: Y más que todo para nosotros que lo hacemos de manera independiente; nunca hemos trabajado con un organismo que nos financie un proyecto. No es que no lo vayamos a hacer, pero hasta ahora no lo hemos necesitado.
¿Y qué ha sido lo más satisfactorio?
E: Yo creo que es satisfactorio siempre ver los proyectos culminados, ver que lo hiciste y verlo evolucionar desde el momento en el que salió la idea, sobre todo generar una reacción y ver que a la gente le gusta el trabajo, le gusta lo que se está haciendo y que de cierto modo ese reconocimiento y hasta las críticas te hacen volver a querer hacer algo nuevo.
J: Sí, yo creo que de tener una computadora y una cámara fotográfica a tener buenos equipos, a trabajar con artistas internacionales, a trabajar afuera, en Estados Unidos, en Argentina, en China, y que reconozcan tu trabajo en tan poco tiempo, porque apenas son siete años.
E: Sabemos que además aprendió mucha gente en ese proceso. Mucha gente que todavía nos agradece, que trabaja en muchos lugares de Venezuela o el mundo y comenzó o trabajó con nosotros en algún momento.
J: Sí, gente que ha sido hasta premiada y reconocida en muchos lugares ha trabajado con nosotros.
¿Cómo describirían esa trayectoria desde que eran unos desconocidos en el 2008 hasta ahora?
J: ¿Cómo describirla? Es como que te paguen por hacer lo que te gusta y al mismo tiempo estés aprendiendo. Es como que te reconozcan y te den la oportunidad de seguir creciendo y de seguir produciendo una y otra vez y a estas alturas seguirlo haciendo es súper satisfactorio.
Ya nos hablaron de una película y de crear más proyectos de cine. ¿Cuál proyecto en concreto tienen en mente?
J: Estamos por producir uno o dos cortometrajes más y hay un tercero que probablemente hagamos a comienzos del próximo año. La idea es seguir haciendo cortometrajes porque son más fáciles de producir y eventualmente se publican en redes, ya que son más fáciles de digerir que, por ejemplo, una película en YouTube. Por otro lado, estamos produciendo con la intención de llegar a festivales internacionales, de conocer más gente, que mucha gente se anime a trabajar en nuestros proyectos para presentarles un guion de un largometraje y que estén dispuestos a financiarlo, apoyarlo o producirlo. Esa es la meta, pero tampoco estamos tan desesperados para hacer una película, simplemente queremos producir estos cortos para que nos sirvan de base y nos sigan abriendo puertas, porque hacer una película requiere de mucho más dinero, tiempo, esfuerzo y un número de personas mucho mayor.
¿Cómo se imaginan en el futuro? ¿Piensan expandir Clap Media fuera del país?
J: Sí, la idea siempre es internacionalizarnos y esa es la idea también de los festivales: pasar de ser una productora audiovisual dedicada al área comercial a ser una productora dedicada más al área cinematográfica. Esa es nuestra evolución.
A excepción de Hollywood, en el mundo, las producciones audiovisuales están financiadas por organismos e incluso los Estados financian cierta parte de esas producciones. Nuestra idea es expandir el trabajo para poder eventualmente participar con gente de otros países y así conseguir financiamientos que puedan ayudarnos a hacer las producciones.
E: Sí, las coproducciones, no solo en Venezuela sino en toda Latinoamérica y Europa, son una gran plataforma, porque es una de las maneras más viables de poder hacer largometrajes.