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La rosácea es una afección crónica de la piel que puede manifestarse como enrojecimiento facial, bultos rojos, pústulas o vasos sanguíneos dilatados que aparecen en la nariz, mejillas, barbilla, frente o parpados. Sin embargo, si la condición se vuelve semi-permanente, pueden aparecer telangiectasia, quemazón, picazón y ardor.
“Esta enfermedad afecta a más de 45 millones de personas, en especial a aquellas de piel blanca. Aunque esta dolencia afecta a ambos sexos entre los 30 y 60 años, tiende a ser más común en las mujeres – en una proporción de tres por cada varón afectado- y en especial durante la menopausia”, explica el Dr. Edwin Gonzalez, médico cirujano especialista en medicina fotónica.
Entre los principales síntomas de la rosácea se pueden encontrar los siguientes:
Enrojecimiento de la cara
Tendencia a sonrojarse o ruborizarse con facilidad
Incremento del número de vasos sanguíneos aracniformes de la cara
Nariz bulbosa y enrojecida
Erupciones cutáneas similares al acné
Sensación de ardor de picazón en la cara
Ojos irritados, lloros o inyectado de sangre
Si bien no se conoce las causas que originan esta enfermedad, los investigadores opinan que ocurre cuando los vasos sanguíneos se expanden con facilidad y que también es una condición hereditaria.
“Los desencadenantes varían de persona a persona, pero entre los factores de riesgo se pueden incluir: el viento, los baños calientes, el clima frío, productos específicos para la piel, ejercicios que produzcan sudoración abundante u otros factores. Esta enfermedad puede estar asociada con otros trastornos cutáneos (acné y seborrea), o con trastornos oculares (blefaritis y queratitis)”, afirma el Dr. González.
En caso de que se presente rosácea es recomendable:
Evitar la exposición solar, las camas bronceadoras y los productos bronceadores
Utilizar protector solar
Evadir calor o ambientes con temperaturas extremas
Evitar agua y alimentos calientes
Mantener una dieta libre de aliños, alcohol y cafeína
Consumir de manera moderada chocolates, nueces, almendras y quesos maduros.
Evadir masajes y frotes de la piel
La rosacea rara vez desaparece sola, es por ello que existen tratamientos que ayudan a controlar y disminuir la apariencia de esta enfermedad. Los más eficaces son:
Láser Neodimio- YAG: Funciona enviando un haz de láser directamente sobre la hemoglobina, lo cual conduce a la desaparición de los vasos sanguíneos visibles, lesiones vasculares o arañitas.
IPL (Luz Pulsada Intensa): Es un tratamiento que contribuye a eliminar los vasos sanguíneos más gruesos pero que se encuentran en la parte más superficial de la piel, así como contribuye a disminuir el eritema difuso que se presenta en la mayoría de los casos.