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Conectarnos con historias a través del lente ha sido la labor de Luis Cobelo, reconocido fotógrafo venezolano quien a lo largo de su trayectoria ha abarcado temáticas que desnudan el elemento humano. Nació en 1970 en Acarigua, Portuguesa, y empezó a relacionarse con la fotografía a los diecisiete años, cuando su padre lo hacía responsable de tomar las fotos en los paseos familiares, guiándole en las nociones básicas de un arte que dos años después se convertiría en el epicentro de su vida profesional. Para poder mantener sus gastos mientras estudiaba Filosofía en la Universidad del Zulia, trabajó como fotógrafo para una publicación de esta casa de estudios al tiempo que cubrió con su lente conciertos de bandas de rock como Zapato 3, Desorden Público y Sentimiento Muerto.
Se desempeñó como reportero gráfico en dos periódicos de Barquisimeto, en uno de ellos en la parte de sucesos, hecho que lo colocó frente al drama de la violencia. Luego decidió probar suerte en España y en 2001 desplegó su talento al retratar a personalidades para importantes publicaciones como Rolling Stone España. Como fotógrafo independiente recorrió el mundo ganando experiencia en un campo en el que “se sufre mucho pero se logran grandes satisfacciones”.
De regreso a Venezuela creó una proyecto online que muestra la realidad latinoamericana desde la óptica de sus propios fotógrafos: LAT Photo Magazine, una idea de la que él es editor en jefe: “Es una revista para la fotografía documental y latinoamericana contemporánea, que aglutina trabajos de fotógrafos latinoamericanos sobre nuestras temáticas”.
Su reciente campaña retratando madres y objetos que pertenecieron a sus hijos —quienes perdieron la vida víctimas la violencia— tocó el corazón de los venezolanos: “Mi trabajo se ha basado en fotografiar los ‘después’ y decidí enfocarme en las madres, dadoras de vida. Es impactante porque no es una violencia explícita pero te hace reflexionar; las madres que pierden un hijo jamás vuelven a ser las mismas y este trabajo busca mostrar esa otra historia que deja la violencia, la que no cubren los medios más allá de la inmediatez del suceso”.
Luis encontró en la cámara el arma perfecta para combatir uno de los peores males: la insensibilidad. Reitera que el éxito en este oficio se logra con disciplina, perseverancia y lucha, revelando la importancia de éste en su vida con la frase: “Como fotógrafo la primera cosa que hago es ser Luis. Soy yo mismo y es donde estoy más feliz, es mi elemento absoluto”. P.V.