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http://www.tendencia.com/2011/fundacion-teatro-baralt-2/
Enseñar Matemáticas, Historia y Literatura no es la única manera de educar a un niño, de hecho, si lo que se quiere es formar a un ciudadano completo, se necesita mucho más que libros y tareas. En la Fundación Teatro Baralt, el objetivo es dar a conocer la importancia de la cultura para el óptimo desarrollo de la sociedad, es por ello que desde hace diez años ha implementado programas pedagógicos que integren a niños y jóvenes en edad escolar con agrupaciones de teatro, danza y música, acercándolos mucho más a las artes a través de espectáculos didácticos y visitas guiadas. Gracias al apoyo de Corpozulia y la Secretaría de Cultura del estado Zulia, lo que comenzó siendo una actividad para relacionar a la comunidad estudiantil con el Teatro Baralt y su patrimonio, ha conseguido abrirle las puertas a alumnos desde preescolar hasta último año de bachillerato al teatro, la música y la danza, expresiones que de otra manera quizás no tendrían oportunidad de conocer. Arnaldo Pirela, Françoise Chávez, Cecilia Salas y Delfo Rubio son los principales involucrados en mantener y promover dichas actividades, cuyo propósito consiste en trabajar por la formación de hombres y mujeres integrales, con una verdadera sensibilidad e interés hacia las artes. Utilizando el escenario para fomentar la cultura y valores como la amistad, el respeto o la atención a la salud, los asistentes aprenden de una manera entretenida, participando directamente en la puesta en escena en vez de ser simples espectadores. Para este equipo el trabajo no ha sido sencillo, por lo que nombran como principal logro el haber podido continuar su labor durante ya una década: “Las crisis son las que hacen grandes a las naciones y lo hemos demostrado aquí; con la unión y el esfuerzo hemos desarrollado estas actividades, logrando que todas las semanas planteles educativos públicos y privados asistan y disfruten de ellas”. Para ellos hoy en día no se pueden medir sus logros concretos, sino más adelante, cuando exista un mayor número de adultos que participen y disfruten de las salas de teatro. Estos programas pedagógicos no benefician únicamente a los niños, también a los maestros, quienes entienden poco a poco que los verdaderos ciudadanos no se forman en un aula de clase repasando contenidos, sino aprendiendo a apreciar los espacios y expresiones propias del desarrollo cultural. M.P.
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