7 agosto, 2023
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Su estilo y vida personal son inimitables, con su carácter y disparatada forma de ser intervino el arte del siglo XX trascendiendo con su legado como mejor obra, Dalí era capaz de hacer una escultura en un espejo roto, de convocar a la prensa para cortarse un falso bigote o de meterse a curiosear en un peluquería sin mencionar palabra alguna.
El hombre artista dejó siempre clara su admiración por el cuerpo humano como máxima expresión de la liberación, aunque los mitos sobre su vida y su sexualidad lo perseguían en los medios, Dalí supo aprovechar esa fama perversa y la convirtió el eje principal del espectáculo que significaba su presencia.
Junto a Gala, su musa y esposa, recorrió el mundo dejando huella de Madrid hasta new york, su estilo de pintura era fantástico, intervenía cada pieza con una osadía auténtica, la firma de Dalí, el misterio de un falo, un busto, unas nalgas. Nunca fue demasiado vulgar ni demasiado correcto, solo era él regalando a críticos, periodistas y admiradores su esencia, su manera de ser el surrealismo.
