7 agosto, 2023
GRUPO TENDENCIA
Busca por palabras claves, luego dale a enter
Cortesía Univisión
La vida se trata, la mayor parte del tiempo, de sobrellevar y aprender de las situaciones que nos apartan de la zona de confort. Para Elyangélica González, fue mucho más que alejarse de aquello que le resultara familiar y se sintiera cómoda, significó desprenderse de la vida que llevaba en Venezuela, una de la que no pretendía desligarse.
A pesar de que su madre y hermana viven en Estados Unidos desde hace 25 años, Elyangélica jamás se trazó la meta de dejar Venezuela: “No había sido una opción para mí, en mi mente no estaba —bajo ningún concepto— la opción de emigrar”. Pero su estímulo actual le llegó de sorpresa cuando, durante una cobertura noticiosa en el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, fue víctima de una agresión perpetrada por los Guardias Nacionales Bolivarianos; órgano de seguridad que se encargaba de resguardar el sitio durante las manifestaciones estudiantiles del año 2017.
El asalto a su trabajo informativo, y a su integridad personal, no cercenaron las ganas de trabajar y mantener su vida como la llevaba hasta ese momento. La denuncia que realizó en contra de las personas implicadas fue la tuerca que dio el giro a su historia, ese momento inesperado que te obliga a crecer: “Comenzaron amenazas contra mí y mi familia, sobre todo contra mis hijos. Eso definitivamente cambió todos los planes que tenía previstos, cualquier panorama sobre mi futuro en el país”.
Considera como un “despecho permanente” aquella situación que le llevó a cambiar todos los detalles y circunstancias que conformaban su vida: el trabajo, la familia, los amigos y compañeros, “el juguito de naranja recién exprimido”, las pequeñas cosas que conforman su historia y aquellas que debió “meter en dos maletas” y, sin embargo, no hubo manera de incluir tantas anécdotas, sentimientos y vivencias en el equipaje.
Salir adelante dentro de una marea que parecía llena de adversidades no fue tarea fácil, el futuro se mezclaba con el pasado solo para descubrir que el presente se trataba de una nueva destinación, con posibilidades que incluyen el progreso profesional y la seguridad; sorteando el miedo a no salir de la situación en la que se vio envuelta en Venezuela.
A pesar de sentirse en unas vacaciones, viviendo en una casa que le sigue pareciendo extraña, Elyangélica puede palpar la seguridad que buscaba, aquella tranquilidad que le permite mantener a su familia. Adaptarse es solo el primer paso de una carrera que lleva la comunicación como norte, para seguir siendo voz de otras personas y demostrar que “quiénes estén afuera, son necesarios para ayudar a quiénes se quedan”.
