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Caminar por los pasillos del Conservatorio “José Luis Paz” es entrar a una dimensión donde la música invade cada rincón y contagia a todos los presentes. Es allí donde se forman talentos como Arturo Briceño y Ricardo Alayon en la percusión, Arianna Ruiz, Mirla Rodríguez, Eliana Barrios, Paola Nava y Erimel Delgado en el violín o la flautista Andrea Ruiz, quien ahora comparte las enseñanzas que recogió tras años en la Orquesta Regional Rafael Urdaneta impartiendo clases. A la música algunos llegaron en búsqueda de un pasatiempo, otros por herencia familiar, pero todos quedaron cautivados por ella conociendo las historias detrás de las obras de Beethoven, Tchaikovsky, Brahms o Mozart. Sus horarios están condicionados por ensayos, recitales y audiciones, pero de su oficio han aprendido responsabilidad y el uso consciente del tiempo. A su corta edad han asumido la música como una carrera a la que se le dedica la vida, tal como Andrea, Mirla y Arianna, sus compañeros aspiran a continuar su formación universitaria sin abandonar su pasión y sin importar los sacrificios que implique. Sus modelos a seguir van desde sus profesores hasta los Maestros José Antonio Abreu y Gustavo Dudamel. Como su generación de relevo son optimistas con respecto al futuro, esperando que este incluya escenarios internacionales, solos, aplausos y, en especial, haber vencido la indiferencia del público hacia la música clásica. M.A.

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