Manuyo

Desde hace 15 años Carlos Coste comulga con la naturaleza explorando las profundidades marinas y los lugares recónditos pero espectaculares, reservados sólo para aventureros. Nacido en Caracas, experimentó de niño con el mundo marítimo por curiosidad, pero no comenzó su entrenamiento formal como apneísta hasta que inició la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Central de Venezuela. El autocontrol, la confianza y la satisfacción que le brinda el nado a pulmón a este explorador nato hizo de esta disciplina su pasión. Fue descalificado en su primera competencia pero la experiencia lo motivó a superarse, el año siguiente regresó para alcanzar la victoria porque para él superar los límites es la gran aventura: “cada meta significa un crecimiento personal a nivel espiritual, técnico y físico”. Su constancia rindió frutos en el 2003 cuando obtuvo el récord Guinness por alcanzar los 100 metros de inmersión no asistida y repitió la hazaña un año después en la modalidad de peso constante. En total ha roto 11 marcas mundiales. Considera su mayor éxito el no conformarse y continuar trabajando para lograr hitos que trasciendan en el tiempo. El reto más difícil se presentó en el 2006 cuando sufrió un accidente cardiovascular que afectó la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo, no sólo logró recuperarse sino superar sus marcas previas, por eso cuando enfrenta un obstáculo rememora logros pasados, “que le recuerdan que sí se puede, que lo ha hecho antes”. La inmersión no es sólo física, hay que sumergirse en el pensamiento para lograr la concentración necesaria. La visualización es ya un ejercicio diario, pero si la motivación llega a fallar cuenta con el apoyo de Gaby, su esposa, coach y manager. Ha tenido que sacrificar su vida social para cumplir con su entrenamiento a la par de su trabajo como conferencista motivacional, pero cuando el tiempo lo permite disfruta de la pesca submarina, el cine, la fotografía, los viajes y la lectura. Del apneísta Umberto Pelizzari admira su sencillez y despliegue como atleta, de Steve Jobs su capacidad para revolucionar al mundo. Como todo soñador no le pone límites a sus aspiraciones, en los próximos años apoyará la proyección de la apnea en el país desde su escuela “A Puro Pulmón”, desea escribir un libro, producir una serie documental o película y su próxima meta es recuperar el récord mundial en peso variable. ¿Su plan? Seguir entrenando sumergiéndose cada vez más en su pasión. M.A

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