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Su apellido es un legado. Así como también es un legado el diario El Nacional, un negocio familiar fundado en 1943 por su abuelo Henrique Otero Vizcarrondo y su padre, Miguel Otero Silva, el reconocido escritor, poeta, humorista, periodista y político, miembro de la “Generación del 28”. Sobre los hombros de Miguel Henrique Otero pesa la historia de un medio en cuyas páginas han firmado las más significativas plumas de Venezuela del siglo XX, incluyendo al ilustre Arturo Uslar Pietri. Ejercer su profesión de Matemático es una tarea que pospuso al probar suerte en la política como diputado de Copei. Aunque su formación no es de periodista, como Editor Presidente de este prestigioso diario ha mantenido la esencia combativa que tanto lo caracterizó en sus primeros años, aquellos cuando su padre estaba a cargo de la jefatura de redacción. Durante sus estudios de Economía en Inglaterra y Sociología en Francia, las ideas de Karl Marx influyeron su juventud. Creció rodeado de personalidades, producto de las reuniones políticas y culturales que se celebraban en su casa, una quinta bautizada como “Macondo”, donde las visitas iban desde Pablo Neruda hasta el ex presidente francés Francois Miterrand. Aunque atrás quedaron sus años como político, es un personaje que siempre tiene una opinión para brindar y más aún en una década tan conflictiva para el país como la que recién termina: “Venezuela dio un giro hacia una sociedad autoritaria que no coincide con la tendencia mundial del fortalecimiento de la democracia, del capitalismo con sentido humano y del desarrollo de los países en función de su gente. Lo que ha traído en cambio, es un gran retroceso, fácilmente palpable si nos comparamos con los demás países de América Latina”. A su juicio, la década venezolana se marcó por esperanzadoras explosiones democráticas y masivas: “Pese a que aún no han tenido éxito, estoy seguro que esa fortaleza de los venezolanos unidos por un mejor país, tendrá suficiente empuje en los próximos diez años para alcanzar la meta: Restituir la democracia y abrir las puertas al progreso, al desarrollo y al bienestar de todos”. A.B.