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http://www.tendencia.com/2009/mary-triny-davila-y-alejandro-ojeda/
En Baransu cada sesión de pilates es un arte. Desde el aroma de una vela que ha sido especialmente escogida para inspirar tranquilidad hasta la atenta manera de impartir las clases, Mary Triny Dávila y Alejandro Ojeda se encuentran detrás de cada detalle. Ambos son dueños de este oasis escondido en la ciudad, donde los visitantes disfrutan de las bondades del pilates con máquina, un ejercicio que combina lo mejor del yoga, la gimnasia, la kinesiología y la danza, y cuyo resultado es absoluta armonía y paz entre el cuerpo y la mente. Hace dos años abrieron las puertas de Baransu, sin embargo, la idea de crearlo ya se paseaba por la mente de Mary Triny tras conocer el pilates durante su estadía en Buenos Aires estudiando la Danza Movimiento Terapia. “Vivía sola y lo único que hacía era buscar la forma de ocupar mi tiempo y no sentir tanta nostalgia por casa. Apenas tenía clases dos veces a la semana pero estaba convencida de que debía aprovechar mi viaje para aprender. Por ser bailarina de danza desde los nueve años, el método me enamoró desde la primera clase, porque me daba elasticidad, equilibrio y fortaleza. Todo lo que necesitaba para presentarme en escena el pilates me lo brindaba. Llegué a Maracaibo certificada para dar clases y nos convertimos en pioneros al ser los primeros en Maracaibo en ofrecer el pilates con máquina”. Son esposos desde hace cinco años y aunque aún no han sido bendecidos con hijos, consideran a Baransu como uno. “Tardamos años en concretarlo porque queríamos hacerlo verdaderamente bien. Comenzamos en un lugar pequeño pero muy acogedor. Ahora lo hemos visto crecer al mudarnos a un sitio mucho más grande pero con los mismos detalles de siempre”. Cada uno aporta lo mejor de sí para que cada día sea exitoso, por lo que mientras Alejandro se concentra en la administración, Mary Triny es el rostro amable en las clases. “Nuestro trabajo y el del equipo que nos acompaña es lograr que el cliente siempre salga satisfecho, pensando en su próxima visita. Desde pacientes que han sido operados de la columna, que han sufrido limitaciones físicas hasta personas que han conseguido en el pilates una novedosa manera de mantenerse en forma son quienes nos visitan cada semana. Al final del día la mayor satisfacción es que, para el cliente, lo importante no haya sido el ejercicio para el cuerpo, sino los minutos de paz que le hemos brindado”. A.B.
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