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“Trabajar es sonreírle al futuro” le aconseja Mariela Guillén a todo aquel que quiera escucharle. Son palabras sabias de una licenciada en Comunicación Social a quien las sorpresas en su vida sólo le han motivado a superarse. De joven era estudiosa y trabajadora; ayudaba a su padre a vender frutas y hortalizas en el mercado, colaborando así con el presupuesto familiar. Su único objetivo era convertirse en una profesional. Sin embargo, su belleza era tema de conversación entre familiares y conocidos, hasta el punto de participar en concursos, ser elegida la imagen de la Lotería del Zulia y competir por la banda del Miss Zulia. En medio del ajetreo entre su trabajo y sus estudios en La Universidad del Zulia el ritmo frenó de pronto: “Un buen día al terminar mi faena diaria de trabajos y estudios, atravesaba una de las tantas avenidas que cruzan mi ciudad marabina, cuando de pronto, fui sorprendida por un vehículo que al chocar drásticamente con el que yo conducía, en segundos trastornó mi rumbo”. Con humildad, Mariela vio su vida desde una perspectiva positiva, donde otros sólo verían miedos, ella vio oportunidad. Con limitaciones físicas, más no intelectuales, culminó su carrera en Relaciones Públicas y Mercadeo, y se dio a la tarea de ejercer su profesión a plenitud escribiendo libros, redactando artículos de opinión para los diarios Panorama, La Verdad y La Columna, y fundando su propio medio: Mi Grey, un boletín mensual dedicado a su comunidad: “Comencé escribiendo reflexiones en los periódicos y a la gente le encantó mi manera de pensar. Son mensajes de superación personal para personas que por cualquier pequeño problema se mueren de la angustia. Los lectores empezaron a interesarse, preguntándome por qué hablaba así o decía cosas tan bonitas, así que escribí tres libros donde relato lo que me sucedió y porqué pienso tan positivamente hoy en día”. Durante su complicada rehabilitación, Mariela observó la poca atención que se le brindaba a personas con necesidades especiales y como buena trabajadora social decidió hacer algo al respecto, con la creación en Cojedes de una fundación donde psicólogos, orientadores y demás profesionales ofrecieran sus servicios gratuitamente: “Desde aquel viernes de mayo elegí el milagro y rechacé el miedo. Muy a pesar de mis limitaciones físicas, hoy puedo decir con mucho gozo que tengo la libertad para decidir, que no importan mis condiciones, porque realmente he descubierto mi propio milagro”. A.B.