7 agosto, 2023
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DONDYK + RIGA
Platón decía que la música es una ley moral que da alma al universo, alas a la mente, vuelo a la imaginación, encanto y tranquilidad a la vida y a todo. Hoy la vigencia de este pensamiento es comprobada por los alumnos del Conservatorio de Música “José Luis Paz”: Emmanuel Acurero, de trece años; Yeisson Romero y Paulo Cardozo, de quince; Alejandra y Andreina Alfonso, de diecinueve y veinte años; y Vanessa Burgos, de diecinueve años. Todos pertenecen a esta familia desde el kínder musical, mucho antes de que la institución acogiera como nuevo hogar las instalaciones del colegio Juan Enrique Pestalozzi. Pese a su juventud, cada uno está tan seguro de lo que toca, que sus personalidades se han mimetizado con los sonidos de sus instrumentos. Así es como se ha identificado Emmanuel con la inconfundible melodía de su cello; Andreina con el versátil corno francés, capaz de producir sonidos tan poderosos como sutiles; Alejandra con el solemne y gentil fagot; Vanessa con el violín que, siendo el más pequeño de los instrumentos de cuerda, siempre logra destacarse; Yeisson, con las teclas del piano, el más sonoro y Paulo con la afinación perfecta de su oboe, cuyo penetrante timbre es utilizado para afinar a toda una orquesta antes de comenzar una actuación. Para todos, la música es su forma de vida y el único medio válido para expresarse: “La música es para sentirse bien. Nosotros no podemos vivir sin ella”. A.B.
