7 agosto, 2023
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La vela es un deporte de agua que apenas va creciendo en una ciudad que irónicamente está bordeada por un generoso lago. A los seis años un joven se atrevió a aprovechar lo que otros no hacían, navegar casi a diario el tesoro citadino: el Lago de Maracaibo. José Miguel Ruiz comenzó practicando como pasatiempo con la modesta lancha de su papá en un curso de iniciación, mientras sus compañeros hacían lo mismo con el karate y la natación: “Mi papá me carreteaba a Puerto La Cruz y Margarita para navegar. Siempre me apoyó junto a mi mamá, una dermatólogo. Como quien dice: en casa de herrero cuchillo de palo. Ella no podía entender cómo uno de sus hijos escogió un deporte en el que hay que soportar tanto sol y más en Maracaibo”.
El habilidoso arte de navegar a una velocidad que sólo depende de la bondad del viento fue practicada con afán por José Miguel, mientras lo alternaba con su carrera en Administración e Ingeniería industrial: “Cuando se va comenzando siempre se considera como un hobbie pero poco a poco veía que lo practicaba más entre semana. Empecé a representar al Zulia en competiciones, pensando seguir hasta graduarme. Al obtener mi título me di cuenta que quería algo más porque seguí navegando. Ya me codeaba con los profesionales y hasta viajaba al exterior para competir”. Desde el 2004 saber aprovechar al máximo el baile entre el viento y las corrientes de agua lo colocó ante una encrucijada: entrenarse a fondo para asistir a la cita olímpica de Beijing 2008 o seguir el destino que le deparaba su profesión.
El talento, la edad y la experiencia le favorecían, y el sueño de ganar una medalla olímpica lo convenció: “Si no tomaba el tren en ese momento jamás tendría otra oportunidad de competir a nivel tan alto. Era ese momento o nunca”. La apuesta rindió sus frutos y a sus veintiocho años José Miguel es el primer zuliano que representa a la bandera tricolor en la complicada competencia de vela láser: “El nivel en el que competiré es similar al Fórmula Uno en las carreras de carros. Es la crema y nata de la competencia y haber clasificado me hace sentir como a un venezolano corriendo un monoplaza de Ferrari”. Cuarenta grados de calor y poco viento es el escenario que José Miguel conseguirá en China, pero su esperanza de subirse al podio es firme, pues tiene la ventaja de ser uno de los pocos competidores que en casa practicaba bajo las mismas condiciones climáticas. Un regalo de Maracaibo para este noble competidor. – A.B.
