Tras los tiroteos masivos en Texas, una de las cadenas más grandes de supermercados en Estados Unidos anunció que restringirá la venta de armas cortas y municiones en sus sucursales.

Dejarán a un lado las municiones para armas de fuego y municiones para rifles de cañón corto después de vender todo su inventario actual, además dejará de vender pistolas en Alaska, el único estado donde todavía lo hacía. De tal manera que solicitará a sus clientes que no lleven abiertamente sus armas a las 4.700 tiendas que tienen alrededor de los Estado Unidos, incluyendo a los estados que lo permiten legalmente.

El presidente ejecutivo de Walmart, Doug McMillon, expresó que los cambios y prohibiciones son a causa de los tiroteos en El Paso, Texas, así como también en Dayton, Ohio y Midland, Odessa en Texas.

La cadena representa en el mercado de armas el 2% de las transacciones. La gerencia considera que no se encuentran entre los principales vendedores de armas en la industria, pero estima que alrededor de un 20% de su participación en el mercado es por venta de municiones

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