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Rusia 2018: el Mundial que derribó mitos

Rusia 2018: el Mundial que derribó mitos

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Rusia 2018: el Mundial que derribó mitos

Deportes

26 septiembre, 2018

 

Comenzó el vacío de no tener Mundial. La conquista de Francia en Rusia puso punto y final al mes más esperado cada cuatro años por los futboleros. Fue una competición atípica considerando quiénes terminaron siendo protagonistas; sin embargo, el campeón fue un viejo conocido.

¿Qué argumentos hacen de la edición de 2018 un buen Mundial? La competitividad fue el punto más resaltante. Pocos equipos se marcharon sin causar, al menos, una grata impresión. Con armas más limitadas pero con orden táctico y disciplina lograron hacer de grupos que parecían cantados una verdadera disputa: Marruecos, Irán, Senegal, Corea del Sur y Perú dignificaron su corta participación.

Rusia también derribó mitos: muy temprano se despidieron las tres máximas estrellas individuales: Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar; además del adiós al campeón del mundo Alemania, el subcampeón Argentina, el monarca de Europa Portugal y varias selecciones de peso que cayeron una a una.   Muestra de que el fútbol es colectivo y que las camisetas no se imponen por pura historia.

Pero el mayor atributo de este Mundial fue la importancia que el convencimiento en una idea tiene para el equipo y su convencimiento en la misma. Los cuatro semifinalistas (Francia, Croacia, Inglaterra y Bélgica) fueron consistentes en sus formas y la ejecución de la misma. Todos los grandes talentos individuales estuvieron al servicio del colectivo.

Los galos fueron prácticos y letales; se proclamaron sin despeinarse en la llave más complicada y luego de octavos crecieron en sus respuestas a las exigencias. Los balcánicos se casaron con la pelota como arma y ni en sus momentos de mayor desespero optaron por otro plan contrario a su estilo. Bélgica apostó por el vértigo y confianza en sus más habilidosos, mientras que el grupo de Inglaterra fue el mejor en cuanto a táctica fija.

Fue un Mundial distinto que puede marcar un antes y después. El fútbol ha cambiado y en Rusia se demostró.

Francia, un campeón con todas las letras

Bajo ningún concepto ganar un Mundial de fútbol puede resultar tarea sencilla y parece una necia labor de quiénes pretenden hacer ver que el título de Francia no tenga el peso de anteriores campeones.

Fueron varios los atributos de la selección gala que se coronaron por segunda vez en su historia luego de un 4-2 sobre Croacia en Moscú. El abultado marcador fue reflejo de la sólida campaña de los de Didier Deschamps, que en los siete partidos fueron bajas sus cuotas de sufrimiento, algo muy complicado de presumir en una cita donde se ven las caras los mejores del planeta.

Más allá de una primera ronda en la que no lucieron, pero que les bastó para ser primeros de grupo, Francia fue otra luego de los octavos ante Argentina. El 4-3 a favor fue, quizá, el mayor escollo enfrentado en su andar. El paso firme lo mantuvieron frente a rivales complicados de la talla de Uruguay, Bélgica y los balcánicos. No son selecciones menores con las que ´Les Bleus´  se toparon en el camino.

Esta generación liderada por Antoine Griezmann, Paul Pogba y Kylian Mbappé quizá no es la más vistosa, pero su capacidad de adaptación a cada circunstancia de los partidos es su mayor atributo. Fueron pocas las ocasiones de marcar que Francia no aprovechó.

Los ahora bicampeones tuvieron el mejor funcionamiento defensivo; de muy pocas maneras sus rivales consiguieron pisar el área y acechar a Hugo Lloris. Puntos altos: Raphaël Varane, Samuel Umtiti y las colaboraciones vitales de N’Golo Kanté y Pogba. Se restaron brillo en búsqueda de la solidez que finalmente les resultó tan importante para la consagración.

La espera será larga desde ahora hasta Catar 2022, más larga de lo habitual pues en el país asiático se jugará en la inusual fecha de noviembre. Mucha agua debe correr hasta ese momento y muchas cosas cambiarán, pero sin duda Rusia marcó un precedente: el trabajo tumba barreras, mitos y tantas de las creencias que rodean al fútbol.