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“Ese día Chávez cerró el canal pionero de la televisión en Venezuela, RCTV. Ese día significó un antes y un después para todo el país, que se quedó sin la señal del canal que le llevaba entretenimiento, noticias, humor y miles de cosas más. Un antes y un después para más de tres mil personas que nos quedamos sin la estabilidad de nuestro empleo. Un antes y un después a nivel personal ya que me quedaba sin la casa que me ofreció, durante casi 20 años, la oportunidad de hacer realidad mis sueños. En RCTV me sentí protegido, tuve la fortuna de aprender de los grandes a hacer televisión y de ir construyendo mi propio sueño de evolucionar como comunicador. Poco a poco me fueron brindando oportunidades como presentador de televisión. Programas como Sonoclips, Hay que oír a los niños, Atrévete a soñar y La casa de las sorpresas marcaron mi camino profesional. RCTV era mi casa, mi escuela, se convirtió en mi Universidad. Pero todo eso terminó el 27 de Mayo del 2007. Un antes y un después. El antes era vivir en mi patria, Venezuela. Nunca pensé en salir a vivir en ningún otro país. El antes era la estabilidad de un empleo en el que estuve por casi 20 años de mi vida. El antes eran sueños materializados. Pero todo cambia… todo cambió. El después significó comenzar de nuevo en otro país, en otra realidad, dejando atrás a los míos, mi familia, mis amigos, mis recuerdos. El después era una nueva realidad que ni siquiera deseaba. El exilio. Cuando me vi en otro país, trabajando en otro canal que no era RCTV, en otra verdad, comenzaron las preguntas, las dudas, me deprimí. Dejar todo atrás es sumamente difícil y duro. Yo sabía que tenía que seguir adelante, seguir luchando por todo aquello en lo que creo. Tuve que levantar cabeza, sacudirme y seguir. Decidí que, estuviera donde estuviera, iba a dejar bien en alto el nombre de Venezuela. El reto era no apartarme de mi tierra amada, así nació Gente que motiva. El objetivo es claro: sembrar esperanza. Han pasado casi 11 años de aquel día que cambió mi vida, esa fecha que marcó un antes y un después.
El recuerdo me lleva a esos pasillos de RCTV donde comencé a construir un sueño. Por decisión de los directivos del canal, tuve que cerrar las transmisiones, las últimas palabras que salieron de mi boca fueron: ‘Venezuela, jamás, jamás pierdan la esperanza. Nos vemos pronto’. Esa frase me acompaña, creo en ella. Hoy, cuando miro hacia atrás, sé que todo lo que hemos sufrido estos años nos sirve de aprendizaje, duro aprendizaje. Confío en que pronto se nos presentará una nueva oportunidad de unirnos como país y juntos escribiremos una nueva fecha. Confío en ello y… jamás pierdo la esperanza”.