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Nació en Caracas, donde estudió simultáneamente Comunicación Social y Educación, luego de vivir aceleradamente la mayor parte de su tiempo y dedicarse en un 100 % a sus profesiones, Melina Fenice se animó a tomar las riendas de su vida con calma y dedicarse a explotar todas sus capacidades artísticas y creadoras, con las cuales soñaba desde que era niña. Decidió asumir el reto y salir de su zona de confort, para así dedicarse a las artes -proyecto que siempre dejó de lado-, puesto que «nunca es demasiado tarde». Tan importante decisión marcó un antes y un después en la carrera de Melina, quien luego exhibió sus dotes como artista en exposiciones en Sala Mendoza (Caracas) y este año en Mérida Foto, Foto Maracaibo y el festival Bajo Techo realizado en el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul).
¿Qué formación tiene en las artes?
He tomado clases de pintura, escultura y cerámica. Sin embargo, la escultura la estoy dejando un poco de lado y básicamente me estoy dedicando a la fotografía, fotografía intervenida y vídeo arte, específicamente. He estado en una mesa de edición por más de 20 años, así que esa estética ya es parte de mí. Quizás es hasta innata, un periodista de El Nacional me dijo que tengo la estética de los 70’s y 80’s arraigada en mí y no me doy cuenta, simplemente fluye natural.
¿Cómo mezcla ser periodista y docente con su vocación artística?
De no contar con toda la experiencia durante mis etapas en la comunicación social -trabajar en la parte creativa con una agencia, conseguir vestuario, realizar comerciales de tv, documentales…-, no estaría en donde me encuentro ahora.
La educación influyó inconscientemente, porque en las obras que he ido realizando quiero dejarle algo al público, a la posteridad y que si alguien al observar alguna de mis fotografías se conmueve o se pone a pensar; sabes que la obra le llegó y me hace sentir satisfecha. Así se que logré sembrar una semilla artística en esa persona y eso se va a multiplicar, para mí es algo mágico. Cuando se es educador, una siembra la semilla para que florezca en los estudiantes y que esa persona avance, ya sea en lo personal o académico. Ese enfoque me lo otorgó la parte educativa que alcancé a ejercer.
No realizo las obras con fines educativos, pero si llama al espectador a un momento de reflexión, entonces le ofrecí algo, ese enfoque diferente.
Al trabajar como periodista, ¿logró influenciar sus trabajos con el arte?
Claro, en la producción publicitaria es más evidente. Se nota al hacer la brainstorm en la agencia o en la casa productora: la creatividad, qué se te ocurre, cómo puedes realizar alguna toma, el diseño del perfil del talento para buscarlo… Siempre aportaba en las producciones que estuve presente.
¿En algún momento sintió que debió hacer comercial su trabajo?
Soy genuina, soy yo, si le gusta o no al público no es mi objetivo. No estoy produciendo una obra pensando en las ventas ni en que me va a volver millonaria. El dinero llega como consecuencia, no porque creas una obra pensando en el dinero que te va a producir. Si no, no estás creando.
¿Qué artistas le han inspirado o contribuido a su vida?
Manet, sin duda alguna. Tomé unas clases sobre este pintor y fue en ese momento en el que decidí definitivamente que quería hacer arte. A raíz de ese encuentro empecé a recibir clases de dibujo, pintura, además estoy haciendo collages, reciclaje y video arte, para que sepan que no me quedo únicamente con la fotografía. Además está Yayoi Kusama, Sophie Calle, Sally Mann, Jackson Pollock y Louise Bourgeois. Lo que más admiro de Pollock son sus procesos creativos, Kusama porque es una persona enferma desde el punto de vista psiquiátrico, pero la misma no le ha impedido nada, demuestra que no importa la situación en la que te encuentres, eres capaz de hacer algo, no hay límites.
¿Cómo son sus momentos creativos?
Son bellísimos, investigo , me documento, realizo una bitácora, escribo. Tengo una cantidad enorme de libretas con las ideas de proyectos pendientes y los realizados. Para cada proyecto tengo una libreta, para mí es sabroso escribir a mano, se lo recomiendo a todo el que quiera trabajar en procesos creativos, escriban a mano; con lápiz, borrador, tachen. En el momento creativo la mente y los pensamientos van más rápido y a mano fluye más la creatividad. Aplico las tormentas de ideas en mis creaciones, por eso siempre cargo conmigo la libreta, así puedo escribir inmediatamente cuando se me ocurre algo. Hay que tener un espacio para uno, un taller, ese espacio es sagrado, allí me siento a crear mis lluvias de ideas y desarrollo las obras, de no haber trabajado en publicidad no lo supiera, por eso insisto que la publicidad y la educación son mis pilares.
¿Qué obras está exponiendo actualmente?
Tengo dos proyectos: Dissonant Dialogue or Diálogo Tricolor, la riqueza de esta pieza en video arte es su audio. Hay una conexión con la situación que estamos viviendo en el país, el único hecho de que el espectador lo vea y le invite a reflexionar, indistintamente de la postura política, ya es educativo; porque lo pusiste a pensar sobre lo que hace y lo que deja de hacer.
Además, hay una pieza inédita con la que aún estoy trabajando y se llama Blood Stream “torrente sanguíneo”, es un sueño onírico.
¿En qué se basan Dissonant Dialogue y BloodStream ?
Estaba en Nueva York, Estados Unidos, y yo añoraba mi país, mi tierra me duele, me hace falta. Al ver amarillo, azul y rojo en cualquier parte del mundo inmediatamente pienso en Venezuela, mi bandera, mis símbolos patrios. Está el sentimiento, la añoranza. En ese momento surgió la obra. Un artista que no es venezolano puede ver los tres colores en el mismo lugar donde los vi yo, pero no crean ese enlace simbólico, es algo que está en nosotros. Parte de esa pieza está disponible en internet, así que gente de cualquier parte del mundo puede verla, los que sepan sobre la situación venezolana también. Mi sentir es el sentir de mucha gente, los venezolanos se pueden sentir identificados con la obra y de una forma u otra los invitas a reflexionar. BloodStream nació de esas veces en las que uno está en insomnio. Odio las pastillas para dormir, así que fantaseo hasta encontrar una idea o el sueño. Fue de esa manera en la que pensé en “Torrente Sanguíneo”, la cual tiene ese nombre porque me dispuse a viajar en mi propio cuerpo durante esa noche de insomnio y lo demostré en un video, hice una introspección, literalmente, a pesar de que en el producto no hay un torrente sanguíneo, son imágenes que lo evocan. Eso no significa que no tome algún día una cámara microscópica y haga una exploración por mi cuerpo, pero sería una segunda parte de este proyecto. En resumen, es una muestra onírica que refleja una noche de insomnio. Es un poco surrealista.
Dentro de las corrientes artísticas, ¿en cuál considera que figura?
Estoy trabajando mucho lo contemporáneo, partiendo de la modernidad. Por eso la mayor parte de mis piezas son conceptuales. Cuando realizo las fotografías, van acompañadas de un texto, el cual es importante leerlo ya que luego es difícil entender la obra. Eso forma parte de la conceptualidad, el escrito es importantísimo. A veces es hasta más importante el proceso para realizar la obra que la misma en sí. El escrito es parte del contexto para entender la obra en el movimiento conceptual, siempre ligada a lo contemporáneo. Parto de los procesos modernistas, pero termino en los procesos contemporáneos y en la obra conceptual.
Si una obra tiene título, automáticamente identificas que no es algo conceptual, cuando las acompaña un escrito es conceptual, porque parte de un concepto y luego se expresa en imágenes, performances…
¿Ha pensado alguna vez en realizar algún performance?
Si, de hecho viene para el proyecto de Diálogo Íntimo, el cual mostré con dos fotografías en Mérida foto y quedé seleccionada, es un proyecto complejo y completo que viene con instalación, performance, video arte, fotografía intervenida y con archivo familiar… Diálogo Íntimo habla de mi relación con mi madre ya muerta –en el 2009–, es una catarsis. En el fondo lo que quiero es transmitir que el diálogo íntimo con tu madre es importantísimo, aprovéchala mientras la tengas viva. Si murió y tienes cosas que resolver, la única forma de lograrlo es con un diálogo imaginario, conversas con ella y tratas de imaginarte qué te diría, imaginas que te está escuchando. Así que sí, tengo un performance en mente, pero es cuando tome este proyecto por completo.
En una publicación mencionó que el azar forma parte de sus obras, ¿para usted el azar es irónico o verídico?
El azar existe y muchas veces se juega con el y se ironiza, sobre todo con mi primera obra. En ella demuestro un poco de eso, la ironía del azar con Homo-phone: singularidades, la cual exhibí por primera vez en Sala Mendoza, Caracas, y trataba de fotografías que por error tomaba con el celular, se tomaban solas. En algún momento leí que: “El celular es capaz de pensar por usted”, leí esa publicidad textual, incluso la tengo en mi statement de obras e investigaciones. Es tan inteligente que como sabe que me gusta el arte se dispuso a crear arte al azar, porque yo estaba en cualquier sitio y se disparaba una foto. Al principio las desechaba y llegó un momento en el que se quedaron acumuladas y me dispuse a verlas, así encontré arte en esas fotografías al azar que debería desechar, fue así cómo ironicé con la propuesta del azar. Hay obras realizadas con materiales reciclables, este es el mismo concepto, solo que es virtual, literalmente toman los desechos o lo que encuentran y crean una obra. Lo mismo hice yo con la fotografía, es válido y sencillamente es darse cuenta, por eso es una obra conceptual. Muchos creen que es abstracto, pero no, es conceptual. Que una foto sola es abstracta, okay. Pero el producto completo es conceptual.