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“Los artistas hoy en día se crean de diferente manera, no como antes”, comenta del otro lado del teléfono el veinteañero, oriundo de la capital mexicana, al hablar sobre el actual poder del público, al ser los que deciden quién será famoso o no.
Y vaya que él lo sabe. Sus más de 8 millones de seguidores –distribuidos entre sus cuentas de Instagram, Twitter, Vine, Snapchat, Facebook y YouTube– lo posicionaron entre los primeros del listado Social 50 de Billboard, apareciendo su nombre entre cantantes de las “grandes ligas” como Beyoncé y Justin Bieber (con quien suelen compararlo repetidamente), cuando apenas tiene dos años en la carrera musical y solo unos meses de publicar Aquí estoy, su primera producción discográfica.
Su sueño desde niño era ser cantante y en sus planes estaba que estudiaría producción musical en la universidad. Pero la modernidad, más que interrumpir su propósito, le mostró otro camino para lograrlo. A los 15 años abrió una cuenta en Twitter, su primera red social; aunque admite que la olvidó y comenzó a usarla activamente desde el 2013.
Luego, al volcarse al reto del entretenimiento en videos de seis segundos en Vine, Mario Bautista se convirtió en un fenómeno en las redes sociales. Al punto que en los MTV Millennial Awards del 2014 se mereció el título del Millenial + Hot, siendo el comienzo de muchos reconocimientos como ícono digital.
Todo gracias a sus “Bautisters”, como se denomina su fandom –¿ya ven el parecido con Justin?–, quienes ahora lo acompañan incansablemente en su novel carrera musical. Una que, al menos, ya tiene asegurada unas cuantas menciones, hashtags y trending topics. Esto fue lo que nos dijo:
No fue que me volví famoso y quise ser cantante.
“Siempre fue que yo quise ser cantante pero por mi familia. Mi público me conoce muy bien, en todo aspecto desde siempre. Y pues, cuando decidí subir un video en YouTube en el cual anunciaba lo de mi carrera, la gente lo aceptó bastante bien”.
Nunca he tenido miedo al rechazo.
“Un gran consejo que me dio alguien fue: ‘Ser valiente aunque no seas valiente’. Siempre tienes que ser valiente porque las mejores decisiones se toman así. Tenía muchas ganas de hacer un proyecto musical y ahora la gente se está volteando a ver porque disfrutan los videos que hago”.
Es una locura lo que ha pasado y lo que está pasando con el disco.
«Sin duda alguna, la gente lo recibió de una manera increíble. Y es algo que se siente muy bien. Llevo un año y medio trabajando en ello y no solamente yo, sino muchas personas que están detrás de ese proyecto, y se siente bonito el hecho de que a las dos semanas de que saliera se haya convertido en disco de oro. Es algo cañero porque hoy en día es como muy difícil vender copias físicas».
Ahora el público decide a quién quiere ver o escuchar.
“Antes las compañías te agarraban, te creaban, te hacían perfecto y, una vez que te ponían así, te lanzaban. Ya eras totalmente un producto. Hoy en día es diferente, si la gente cree en ti y confía en ti, puedes llegar a tener éxito y a convertirte en un artista. El internet cambió muchísimo la manera en la que una persona se hace famosa”.
La cantidad de seguidores se ha vuelto parte del currículo de un artista.
“Tú ves a un artista súper cañón y, si tiene solo 2.000 seguidores en Twitter, allí te dices: ‘Pues entonces no es tan cañón’. Ya se está volviendo como que tienes que tener seguidores para ser un gran artista. Está cambiando la manera en cómo se ven las cosas, cómo las compañías o las casas productoras y empresas grandes ven el medio”.
Solo yo manejo mis redes sociales.
«Es algo muy personal, además las niñas se dan cuenta. Ellas saben cuando estoy ensayando, cuando estoy haciendo cosas o estoy en clases de lo que sea, y entienden si no puedo publicar porque se ve como algo real. Se trata de nunca forzar las cosas, de no querer hacer todo perfecto, porque también el querer ser perfecto te lleva a la imperfección. La gente se da cuenta si todo es muy monótono».
Últimamente me siento muy cansado.
«No hay descanso. Ahorita estoy planeando todo lo que es la parte de Mario Bautista el cantante, pero yo llego a mi casa y sigo trabajando porque tengo que pensar en ideas para videos, grabar, meterme en mis redes, publicar fotos… Es algo que me trae bastante cansado pero muy feliz. Amo todo lo que hago en el día. Desde el momento que me despierto hasta que me acuesto. Lo que estoy viviendo justito, es el sueño que siempre quise. Entonces no tengo ganas de dormir, tengo ganas de vivir –Risas–».
La “viralidad” simplemente pasa y ya.
“De eso estoy seguro. Cuando menos te lo esperas, las cosas se vuelven virales. Me ha tocado esforzarme muchísimo en un video, tardarme dos meses en él y de repente llegar a las 500 mil reproducciones, que son muchas; pero subo una foto en toalla y se va a las 10 millones de personas alcanzadas. ¿Por qué? Te digo, la “viralidad” es algo totalmente ilógico. No se puede planear”.
Me encanta poder influir de una manera positiva en otras vidas.
“Es impresionante el hecho de que puedes cambiar la vida de una persona sin conocerla o ni siquiera haberla visto alguna vez. Hace cuatro meses decidí meterme a lo que llame un trip saludable y lo publiqué en mis redes sociales. Hoy en día sigo recibiendo mensajes de niñas que me dicen: ‘Mario, gracias a ti cambié mi vida’. Y fue porque, como yo lo estaba haciendo, ellas sintieron que también podían y eso es de lo que se trata la vida: confiar en alguien, creer en alguien”.
Tengo personas muy influyentes en mi vida.
“Como mi mamá y mi papá, hablando de personas cercanas. Me encanta ver el trabajo de otros artistas como Bruno Mars o John Mayer; y también me encanta la carrera de Michael Jackson, por todo lo que logró, lo que hizo y lo que dejó”.
Mi modelo a seguir es Enrique Iglesias.
«Me gustaría ser como él, pensando en artistas de habla hispana. Me encantaría colaborar con él mismo, con J Balvin, con Maluma, Nicky Jam».
¿Los límites? No existen.
“Uno puede ser lo que quiera, uno decide quién quiere ser. Todos los días uno puede ser una persona totalmente nueva y mejorada. Todos los días de su vida”.