Perfiles

1 diciembre, 2015

Sabrina Seara es una joven venezolana que está convencida de que las oportunidades solo aparecen cuando trabajamos por ellas. Frente a las cámaras sus papeles han ido desde la dulce protagonista hasta uno de los personajes más polémicos de una narconovela. Desde que tiene uso de razón se fascinó con la televisión y decidió que sería actriz. En eso centró su esfuerzo.

Dice que la vena artística la heredó de su abuela, quien fue una destacada bailarina en España que por la guerra civil tuvo que salir del país y truncar su carrera. “Desde temprano tuve trazada esa meta y para ello he trabajado. Como todo comienzo no fue fácil, he tenido que aprender mucho y todavía sigo madurando como actriz”.

A los 16 comenzó a estudiar actuación y luchó porque la industria supiera que era más que una cara bonita. Fue becada por la Academia 1BC de Radio Caracas Televisión. Debutó en 2006 en una película para este canal, llamada María Lionza como hija de la protagonista, papel interpretado por Ruddy Rodríguez. Tras otros pequeños roles, Televen le ofreció su primer protagónico en la telenovela Guayoyo Express y luego en El Gato Tuerto.

Luego de un breve paso por la pantalla de Venevisión con Válgame Dios, hizo una pausa en la que vivió grandes cambios. Empacó sus maletas y aspiraciones y se fue a Estados Unidos, como muchos venezolanos, en busca de nuevas oportunidades.

Un día asistió a una audición para Telemundo en Miami y al día siguiente le otorgaron un papel en el exitoso dramático Pasión Prohibida, donde compartió créditos y entabló una gran amistad con la desaparecida actriz Mónica Spear.

“Creo en la acción y reacción, detrás de las oportunidades que se me han presentado hay años de trabajo, constancia y disciplina, a eso le debo el éxito”.

Sabrina vive en Miami con su esposo, el actor Daniel Elbittar, con quien ha hecho viral una serie de videos en Instagram que iniciaron como una broma bajo el hashtag #NoSeasLocoChico que le han sumado miles de seguidores. Pese a sus comprometidas agendas, ella asegura que no hay nada que un avión no resuelva. “Estoy agradecida con la vida por haberme puesto a Daniel en el camino. Nos conocimos en Venezuela hace siete años en el cumpleaños de una amiga. Cuando me mudé a Miami nos encontramos por casualidad, intercambiamos números y el resto fue culpa de Cupido”.

Aunque en este momento está enfocada en su carrera y reconoce que en esta profesión la palabra planear no existe, Sabrina asegura que ambos sueñan con tener una familia en un futuro no muy lejano. “Dios nos dará esa bendición en el momento correcto”.

Su carrera dio un giro este año con el papel de Esperanza Salvatierra en la aclamada teleserie El Señor De Los Cielos. “Este personaje ha sido mi mayor reto, es muy complejo e interpretarlo es un gran placer”.

La película 13 segundos fue su debut en el cine y aunque está dedicada 100 % a la televisión, sueña con volver a la pantalla grande. Mientras trabaja por esa oportunidad Sabrina pasa sus días cocinando, viajando tanto como pueda a su ciudad favorita, París, y dando lo mejor de sí frente a las cámaras.

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