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Cata Raybaud, sueños hechos música

Cata Raybaud, sueños hechos música

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Cata Raybaud, sueños hechos música

Perfiles

1 julio, 2013

DONDYK+RIGA

La fascinación que le generaba la guitarra de su tío y las notas de bossanova, jazz y rock argentino que se escuchaban en casa despertaron en Catalina María Raybaud un amor tan especial por la música que hoy lo refleja en sus canciones. Esta bonaerense de veintisiete años, de piel tostada propia del hemisferio sur, encontró la vía ideal para compartir sentimientos y experiencias a través de inspiradas melodías.

Comenzó a tocar la guitarra a los ocho años, aprendiendo sus primeros acordes gracias a su madre quien, sin ser practicante, conocía algunas nociones. Su tío, muy celoso con su guitarra, también le enseñó aunque de un modo diferente: “vos mirá y aprendé mirando”.

“Cata” se dio a conocer en Buenos Aires a sus quince años tocando en lugares públicos y versionando canciones famosas. La música de Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu, Fito Páez y Charly García fue su inspiración, así como también influyó la cantante canadiense Alanis Morissette. A los veintitrés años decide mudarse a vivir sola y comenzó a componer sus propios temas: “Fue como si el cielo se hubiese abierto y una luz cayó sobre mí. Empecé a componer tema tras tema y me gustaba, estaba feliz de lo que estaba sucediendo. Sentí que me había encontrado, que era lo que había venido a hacer a este mundo”.

Seis meses después de componer ya tenía suficiente material para su primer disco; decidió grabar apenas después de cuatro ensayos con los músicos: “Cuando le das vuelta y vuelta a las cosas pierden frescura y yo buscaba un disco sincero y fresco que reflejara ese momento de mi vida”. Luego de un año en estudio saldría su álbum debut Detrás de lo que vieran.

En su repertorio está el pop, rock, funk y algo de folclore argentino. Define su estilo como parecido al de sus cantautores favoritos: Jorge Drexler y Kevin Johansen. En sus ratos libres pasea por el barrio San Telmo de Buenos Aires, disfruta de la naturaleza o toca su guitarra. Amante del sushi y los ñoquis, trabaja en su segundo álbum Deja que corra el agua y confiesa cómo le gustaría que fuera recibida su música: “Me gustaría tocar el corazón, que la gente se sienta identificada y que sientan ese sentimiento que voy dejando en cada una de mis canciones, lo sincero del mensaje de cada una de ellas”. – P.V.

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