Busca por palabras claves, luego dale a enter
https://www.tendencia.com/2012/carlos-cargo-gonzalez/
Para la familia de Carlos González el béisbol es algo que se juega desde la infancia. Su hermano mayor le enseñó el deporte desde pequeño, bateando pelotas improvisadas con bates hechos de ramas o palos, hasta que entró a jugar en la Pequeña Liga Coquivacoa a los cinco años, progresando rápidamente y participando en distintos campeonatos nacionales e internacionales. Recién cumpliendo dieciséis Carlos fue enviado a Tampa, Estados Unidos para entrenar e ir probando suerte en las ligas menores de ese país, el esfuerzo dio frutos y al poco tiempo firmó su primer contrato con los Cascabeles de Arizona, de donde pasó a los Atléticos de Oakland, obteniendo su primera oportunidad para jugar en las Grandes Ligas y más tarde, el chance de lucir el uniforme de los Rockies de Colorado, aquel que lleva usando con orgullo desde hace tres años, convirtiéndose poco a poco en uno de los jugadores más destacados, no sólo de su equipo, sino de las Grandes Ligas Nacionales. Su metro ochenta y cinco de estatura y la reputación que lo precede son capaces de intimidar a cualquiera, mas Carlos es un joven sumamente sencillo, de orígenes humildes, quien no se ha dejado impresionar por la fama, los premios –como el Luis Aparicio de 2010 o el Guante de Oro que obtuvo ese mismo año– y el dinero, al contrario, una de sus cosas preferidas continúa siendo el poder volver a Venezuela a visitar amigos y familiares e incluso, jugar junto a su equipo local, las Águilas del Zulia. Sus inicios no fueron sencillos y no todos a su alrededor pensaban que llegaría tan lejos: “mi deseo siempre fue jugar en el mejor béisbol del mundo y no estoy donde estoy hoy por suerte o cualquier otra cosa, todo fue con esfuerzo y ánimo de superarme. En el béisbol hay muchísimos obstáculos que se atraviesan, uno tiene que tratar de sobrevivir y mantener en la mente lo más importante que es el deporte, a pesar de todo aquello que te pueda desviar de lo que siempre has querido”. Aunque haya tenido que dejar su país a muy temprana edad para ajustarse a un estilo de vida, una cultura y un ambiente totalmente distinto, Carlos no sólo encontró la manera de encajar sino de destacarse, logrando convertirse en un jugador completo, capaz de liderar su liga en promedios de bateo, jonrones y carreras impulsadas, un trabajo que espera mantener por siempre, obteniendo el aplauso de compañeros, observadores y fanáticos por igual. M.P.