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Augusto Pradelli, de El Saladillo a Joligud

Augusto Pradelli, de El Saladillo a Joligud

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Augusto Pradelli, de El Saladillo a Joligud

Perfiles

1 mayo, 2011

DONDYK+RIGA

Los orígenes italianos de Augusto Pradelli se quedan sólo en su físico, porque en su corazón, el único hogar para él es Maracaibo. Ella no es solamente la ciudad donde nació y creció, sino además el sitio en el que encontró su pasión y por el que ha luchado durante toda su vida. Sus primeros pasos como cineasta los dio mientras filmaba las obras de teatro de su localidad, de ahí pasó a los documentales, realizando trabajos que mostraran la realidad de la ciudad y sus alrededores: “Todo fue como una gran aventura, reuniendo imágenes nuevas, haciendo un perfil de una región que ni yo conocía, reconstruyéndola de alguna manera y mostrándosela a un público local e internacional”. Fueron esas experiencias las que lo llevaron a realizar el que sería el primer largometraje zuliano de ficción: Joligud. Inspirado por el libro Crónicas de El Saladillo de Rutilio Ortega, se dedicó a filmar la historia de una niña cuyos vecinos están convencidos de que su belleza será capaz de hacerla llegar a Hollywood, convirtiéndola en la bandera que impedirá la anunciada destrucción de El Saladillo. Considerada por su autor como una bofetada para los políticos de la época, quienes gracias a ella vieron el error que habían cometido con la demolición de uno de los sectores más emblemáticos de la ciudad, Joligud es una historia que prevalece a más de veinte años de su estreno, cuyo legado se ha evidenciado con todo un movimiento de reconstrucción y rescate de las costumbres marabinas, del cual Pradelli ha sido elemento esencial. Siempre dedicado a dar lo mejor por la ciudad que lo vio nacer, se ha esforzado en crear proyectos que rescaten el turismo y el atractivo de Maracaibo, el último y más exitoso de ellos siendo Caribe Concert, un espacio en el corazón de la calle Carabobo dedicado a entretener a grandes y chicos, así como exaltar la belleza tradicional de la región que tanto ama. Diversos y premiados cortometrajes, comerciales y propagandas han ocupado los días de este exitoso director, quien a pesar de no haberse dedicado a otro largometraje después de su ópera prima, aún mantiene las ganas de continuar como cineasta con varios proyectos a futuro. Para él, los veintitrés años que han transcurrido desde Joligud han estado llenos de trabajo, esfuerzos y satisfacciones, sin embargo, lo más importante no es lo que fue sino lo que viene: “Lo más valioso en mi carrera es lo que voy a hacer mañana, que tiene que ser nuevo, fresco y auténtico”. M.P.