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Ariana Arteaga Quintero, las aventuras de una pequeña comeflor

Ariana Arteaga Quintero, las aventuras de una pequeña comeflor

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Ariana Arteaga Quintero, las aventuras de una pequeña comeflor

Perfiles

1 octubre, 2011

ILUKEWITSCH, Vanessa

Cuando todo aquel con acceso a una computadora e internet puede tener un blog, son cada vez más las lecturas con las que uno se topa y las vidas en las que sus autores nos permiten asomarnos. En el caso de Arianna Arteaga Quintero, la ventanita a su rutina diaria lleva por nombre “La Pequeña Comeflor”, un espacio dedicado a mostrar un lado de Venezuela que a veces se nos olvida que existe, pero que sigue ahí, expectante y sencillamente espectacular. Haciéndole honor a una costumbre familiar que se extiende por generaciones, Arianna vive para sus viajes y los hermosos paisajes naturales que estos la llevan a conocer. Estudió comunicación social por la libertad que la carrera le daba, “al salir del colegio uno en verdad no tiene idea de lo que quiere hacer y me encantaba que en comunicación podías decidir después; puedes hacer cine, prensa, radio, hay toda una gama de intereses a los que uno se puede dedicar”, cuenta. Al tener de madre a Valentina Quintero tuvo la oportunidad de participar como asistente de dirección para su programa Bitácora, y poco a poco, la pasión por recorrer horizontes de principio a fin encontró la manera de convertirse en su verdadera profesión. Como presentadora de la Guía Extrema invitó al país a unir el turismo con la adrenalina, promoviendo deportes de aventura a pesar de que se confiesa poco deportista, atraída más por el acercamiento a la naturaleza que por el parapente o la escalada. Entre artículo y artículo, surgió la idea de su propia bitácora personal, relatando a su estilo y bajo sus parámetros las experiencias vividas en cada nuevo destino. “En periódicos y revistas hay un espacio y unas normas que tienes que respetar, toda una estructura, en cambio con el blog la estructura la pones tú, escribes lo que te da la gana y es un ejercicio muy sabroso”. Complementando con sus propias fotografías cada relato, las publicaciones de esta “petisa viajera” no hacen más que inspirarlo a uno a dejar todo a un lado y lanzarse a recorrer cada uno de esos increíbles lugares en los que ella ya se ha perdido antes. De sus aventuras lo que más disfruta es la contemplación y la conexión con lo natural; la mayoría de sus relatos no involucran hoteles cinco estrellas ni grandes ciudades, en muchos casos ni siquiera una posada o un pueblito, lo suyo es una carpa, el aire libre y bañarse en cada río que se le atraviese. La planificación no es su fuerte, confiesa ser más de los que disfrutan el presente, solo esperando del futuro seguir siendo feliz conociendo cada rincón del planeta y darle a entender al país lo verdaderamente maravilloso que es. M.P.

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