Jota Erre MEDIOS/CR-Warner Music

Carlos Baute no necesitó quedarse en Venezuela para dejar en alto el nombre de su país. Su exilio rindió frutos: España y México le abrieron las puertas, tanto críticos como fanáticos alaban su música, y sus sencillos han pasado semanas sin inmutarse del número uno. Su primer encuentro con los escenarios fue a los ocho años y se lo debe a los buenos oficios de su mamá, quien lo llevó a competir en un concurso de canto en Sábado Sensacional, cuando aún era animado por Amador Bendayán: “Imitaba a cantantes como Luis Miguel y Ricardo Montaner. Mi mamá al verme se dio cuenta que me encantaba la música y empecé a estudiar cuatro. Al tiempo me regalaron una guitarra, que siempre me mantenía tocando”. A los trece años y tras una audición exitosa fue escogido para formar parte del grupo juvenil Los Chamos: “A partir de allí me di cuenta que eso era mi mundo. Empecé a crecer a nivel musical y a tener un profesor de canto. Pasé tres años con la Fundación Biggot y de allí nacieron mis discos de música folklórica Orígenes y Orígenes II Tambores”. En 1998 y con dieciocho años se atrevió a exponerse en sus canciones co-escribiendo con el productor Yasmil Marrufo canciones como Te Quise Olvidar. Gracias a ése tema firmó su primer gran contrato como compositor y se alejó de la fama ganada de “llanero de la ciudad”. Dos años más tarde decidió seguir los pasos de sus ídolos Franco De Vita y Juan Luis Guerra para trascender fronteras e hizo de España su segundo hogar, pero sin olvidar sus raíces: “Siempre hay banderas de Venezuela a donde voy, estoy encantado de representar a mi país, sin duda alguna. Además de ser extranjero, me han pasado cosas muy fuertes con la música donde yo no pensaba que tenía tantas armas en mis manos como para también poder ayudar a personas”. En 2008 el éxito subió a categoría diamante por el tema Colgando en tus Manos, un dúo con la española Martha Sánchez que se convirtió en uno de los singles más vendidos en la Madre Patria. Con ocho discos en su haber, entre ellos su más reciente Amarte Bien, aún es nostálgico sobre los afectos y las costumbres que tuvo que dejar a un lado para alcanzar su sueño: “Extraño a mis amigos y a mi familia. Hago arepas y empanadas cada vez que puedo y a las ciudades que visito siempre busco restaurantes venezolanos. Extraño surfear y escaparme de camping cada vez que podía a las playas de Cuyagua. Ella y la Gran Sabana eran mis sitios preferidos. Y es que siempre se extraña lo que se quiere de verdad”. A.B.

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