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Liz, la historia de una voz melódica

Liz, la historia de una voz melódica

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Liz, la historia de una voz melódica

Perfiles

1 diciembre, 2008

MARQUES, Carlos

Tal vez el nombre de Neyda Lisbeth Freites no le suene conocido, pero el de Liz ya le es seguramente mucho más familiar. En el mundo de merengue, ella es la chica que a sus dieciséis años ya triunfaba en los escenarios de la mano de Los Melódicos y de su maestro, Renato Capriles. Su amor por la música despertó a una edad muy temprana cuando, con apenas cinco años, probó la sensación de cantar desde un escenario durante un acto colegial en honor al Día de la Madre: “Me gusta la música desde que estaba en la barriga de mi mamá. Mi primera experiencia en el colegio me enamoró y creo que desde ese momento me inscribí en festivales de canto, mientras que a los de candidatas a reinas los evadía. Así llegué a formar parte del conjunto La Inmensa, también de Capriles, pero del que tuve que salir porque no iba bien en los estudios”. La música había pasado a segundo plano hasta el 13 de noviembre de 1988, día de su cumpleaños, cuando el propio Capriles la llamó para pedirle que cantara con Los Melódicos durante un amanecer en la Feria la Chinita en Maracaibo y así compartir escenario con otras eminencias de la época como Las Chicas del Can y Wilfrido Vargas: “Fue el mejor regalo de cumpleaños que he recibido. Me escapé de casa y como me sabía todas sus canciones de arriba abajo me fue genial. Al regresar me regañaron pero sin duda valió la pena, porque al tiempo me contrataron para sustituir por una semana a mi ídolo de infancia: Diveana. Yo la admiraba desde siempre y crecí queriendo ser como ella”. Aquella suplencia se transformó en siete años con la orquesta que impone el ritmo en Venezuela e innumerables buenos recuerdos actuando al lado de su cantante favorita: “Recuerdo la primera vez que escuché en la radio mi primera canción: Diávolo. Nunca la olvido. Fue un momento tan dulce y que al tiempo se multiplicó porque todo el mundo se la sabía y aún la recuerdan. Viví muchas cosas bellas, hasta llegué a compartir escenario con la inolvidable Celia Cruz”. Siguiendo su sueño de formar su propia banda, emprendió la aventura como solista hasta consagrarse finalmente con Liz y su Banda Show: “Aunque empecé mi carrera con muchos tropiezos, he tenido también muchas fortunas. Quien no aprende de Los Melódicos, no aprende nunca. Así que puedo decir que aprendí de los mejores y ahora lo estoy aplicando en grande”. A.B.

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