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El tenis es un deporte con un encanto particular, el mismo que cautivó a Mariano Zabala para enamorarse de esa disciplina con apenas cinco años de edad, cuando aún vivía en la Argentina que lo vio nacer. Gracias a su infantil fascinación, hoy Valencia cuenta con la Academia de Tenis del Club Internacional, cuna de los grandes tenistas carabobeños, ésos que dejan en alto el nombre del estado en torneos y competencias nacionales; el nombre de Mariano está detrás de muchos de esos triunfos: “Vine a Venezuela a los seis años y desde entonces empecé a jugar en el Club Italiano, con mi primer profesor, Alejandro Molina. Mi vida giraba en torno al tenis; me la pasaba todo el día metido en el club. El tenis es lo mejor que me ha pasado. El haber tenido esto en mi vida me hizo ser quien soy”.
A los diez años Mariano triunfaba en su primera competencia nacional y a los dieciocho experimentó por vez primera el ser entrenador. Luego de una carrera muy prolija, de competencias conquistadas tras fuertes entrenamientos, descubrió una vocación maravillosa que hoy es su vida: enseñar y promover el deporte que le mueve el piso… o, mejor dicho, la cancha: “Empecé enseñando a niños en etapa de perfeccionamiento en la Academia de Tenis de Valencia. Pero la enseñanza del tenis ha evolucionado muchísimo. Sobre todo para los más pequeños existe infinidad de juegos y técnicas para hacerlos amar el deporte”. Pero la necesidad de independizarse se hizo incontenible y Mariano decidió fundar su propia empresa junto con su hermano Jorge Zabala –quien lo inspiró a jugar tenis– su compañero en la digna tarea de organizar torneos, en un país donde el tenis ocupa las últimas de las prioridades del ámbito deportivo. Con esfuerzo, logró organizar en 2006 la Copa Epa, un torneo avalado por ATP, que fue sólo el inicio de una nueva realidad para el tenis venezolano: “El tenis es un deporte tradicionalmente elitesco y por eso no recibe mucha ayuda de los entes gubernamentales. Esta disciplina requiere muchos gastos y horas de entrenamiento. Pero también es un deporte único, ya que el desarrollo es completamente individual; no hay equipos: las victorias y las derrotas son sólo tuyas. Este deporte te acompañará hasta que tus piernas te lo permitan. Mi meta es trabajar para que ocupe el lugar que merece y organizar en el 2007 cuatro torneos profesionales para damas y seis para caballeros. Nadie dijo que iba a ser fácil”. C.W.